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El ecléctico sonido de Talking Heads

El 8 de octubre de 1980 se lanzó el cuarto disco de la banda neoyorquina, el tercero con Brian Eno, y que como no podía ser de otra manera terminó siendo una verdadera obra maestra.
Sebastián Bertolosso / @sebabertolosso

Por Sebastián Bertolosso / @sebabertolosso

El 8 de octubre de 1980 se lanzó el cuarto disco de la banda neoyorquina, el tercero con Brian Eno, y que como no podía ser de otra manera terminó siendo una verdadera obra maestra. Esto se vislumbra en la evolución de la agrupación neoyorquina liderada por el guitarrista, cantante y compositor David Byrne acompañado por Tina Weymouth en el bajo, Chris Frantz en batería y Jerry Harrison en guitarra y teclados fue realmente vertiginosa desde que iniciaron su asociación con Brian Eno en 1978. El primero de esa trilogía de discos fue “More Songs About Buildings and Food” de ese mismo año, y que como nota de color incluía la versión del tema de “Al Green, Take Me To The River”, que sirvió para ampliar el alcance de Talking Heads más allá de la comunidad art-punk de donde provenían.

Luego apareció el fantástico “Fear of Music” de 1979, que introducía nuevos elementos fuertemente influenciados por el funk, como así también ambientaciones más oscuras, que se reflejaban en temas como “I Zimbra y Life During Wartime”, y que marcaban además el rumbo que seguirían en su próximo trabajo “Remain in Light” en 1980, para el cual eligieron los estudios Compass Point de Nassau en Bahamas, una decisión importante, ya que dicho estudio había sido creado por el cerebro de Island Records, Chris Blackwell, que tenía foco en el reggae y el dub y que además contaban entre sus antecedentes con la grabación de discos emblemáticos como “Back in Black” de AC/DC, “Nightclubbing” de Grace Jones, “Riptide” de Robert Palmer y el debut de The B52’s entre muchos otros.

David Jerden fue quien se encargó de la ingeniería de audio tras la partida de Rhett Davies. Luego en los estudios Sigma Sound de Filadelfia se completó el proceso, en tanto que a la mezcla se la repartieron en partes iguales Brian Eno, John Potoker y Harrison en la ciudad de Nueva York, y David Byrne y David Jerden en Los Angeles.

“Remain In Light” significó un salto abismal en el sonido del grupo, ya que se nutrió del afro beat de Fela Kuti, que Eno introdujo en la banda, quien además estaba interesado en los elementos étnicos introducidos por Holger Czukay en Can, y sobre todo lo que mostró en su álbum Movies de 1979 que presentaba una extraña fusión entre rock, funk, ritmos africanos y electrónica, que fueron una nueva inspiración para la agrupación que comenzó a vislumbrarse en “Fear of Music” donde la mezcla incluía influencias norafricanas, funk, experimentaciones vocales y electrónicas como así también un complejo sistema de ritmos de diversa índole.

Para poder alcanzar ese resultado contaron con numerosos músicos invitados tales como el mismísimo Brian Eno en teclados, percusión, guitarra, bajo, coros y arreglos vocales, Robert Palmer y José Rossy en la percusión, Jon Hassell en trompetas y vientos, Nona Hendryx en coros y Adrian Belew que se hizo cargo de la guitarra y guitarra Roland sintetizada. Toda esa suma de talentos fue fundamental para lograr ese sonido robusto, adictivo y tan característico de la placa. Luego ya para los shows en vivo de la gira, se sumaron también Bernie Worrell en teclados, Busta “Cherry” Jones en bajo adicional y Steve Scales en percusión, todos ellos conformaron una una banda de nueve prestigiosos músicos como pocas veces se había visto hasta entonces.

Como si no hubiera suficientes fuentes de inspiración en estilos musicales, estaban también las influencias que llevaron la pareja formada por Tina y Chris, quienes luego de la gira de “Fear of Music” viajaron de vacaciones al Caribe donde participaron en ceremonias de vudú haitiano, tocaron tambores y sobre todo, conocieron a la famosa sección rítmica del dub/reggae Sly Dumbar y Robbie Shakespeare. También es digno de destacar que el proceso de grabación del álbum incorporó modernas técnicas de sampling que estaban muy adelantadas a la época y que derivaron en la creación de loops rítmicos surgidos de numerosos jams que fueron clave para lograr el resultado final en el que diversos efectos se fueron sumando y llenaban de matices y texturas sonoras muy innovadoras. Incluso todo el proceso hizo que David Byrne modificara su forma de cantar ya que no se trataba de temas con estructuras convencionales.

En cuanto a las canciones que conforman la placa, “Born Under Punches (The Heat Goes On)” abre el juego con un ritmo denso y complejo donde destaca el bajo, con una guitarra funky repetitiva en donde Byrne va desarrollando su vocalización, mezclando la narración con frases espasmódicas, apoyado por los magistrales coros de Hendryx, Eno, Harrison, Weymouth y Frantz. A continuación llega “Crosseyed and Painless”, uno de los más sensacionales y adictivos tracks de en la carrera de Talking Heads, que tiene un ritmo cíclico de evidente inspiración afrobeat y una vocalización sublime, no solo de David Byrne sino de Brian Eno y toda la banda. Plagada de groove y encanto invita al baile instantáneo. Es una de esas piezas que invitan sin remedio al baile.

Para cerrar el lado “A aparece The Great Curve”, un frenético trance rítmico de gran escala, en donde se logra una sensación de unidad entre los músicos como si fuesen una sola entidad que nos inducen a una especie de ritual. Las voces te transportan al viaje irremediablemente hasta que aparece el brutal solo de Belew, que en vivo adquiere un carácter demencial.

El lado B cuenta con cinco tracks descomunales comenzando por el megahit “Once in a Lifetime” que abre el mismo y que nos muestra a un David Byrne casi en plan predicador con movimientos epilépticos como los que reflejaba el famoso vídeo dirigido por la cantante Toni Basil, lanzado en febrero de 1981, que luego da paso al coro inolvidable que hace épica la canción. Paradójicamente, siendo uno de los clásicos de Talking Heads, casi estuvieron a punto de abandonarla durante las sesiones ya que dada su complejidad sonora no terminaban de darle una estructura definida, afortunadamente Byrne llegó con la letra y a partir de allí se destrabó el proceso creativo.

Luego llega “Houses in Motion” con su particular e hipnótico ritmo midtempo, que cuenta con el característico sonido de trompeta de Jon Hassell acompañado de unos coros bastante particulares. La placa continúa con “Seen and Not Seen”, que es un track construido sobre un ritmo cíclico que incluye palmas y sobre el cual Belew, Eno y Harrison van incorporando diversas capas sonoras de guitarra y teclados, al tiempo que Byrne construye su narrativa vocal. Para el tramo final nos encontramos con “Listening Wind” que envuelve con su sonido volador y difuso con un bajo y percusión simple a la que se suma Byrne cantando como un mantra para dar paso al cierre del LP con “The Overload”, track muy oscuro pero en la misma línea del anterior.

Sin lugar a dudas, Brian Eno y David Byrne supieron crear un hilo conductor perfecto, que nos lleva del frenetismo tribal a la misteriosa y densa atmósfera de este tema. Como es lógico, un proceso de grabación basado en improvisaciones y en el flujo constante de ideas, arrojó más material, que por razones de capacidad del formato vinilo, no fue concluido.

En definitiva Remain in Light es un álbum magistralmente creado que resiste el paso del tiempo y suena mas vigente que nunca ya que su excelsa mezcla de post-punk, worldbeat, dance-rock, art pop, art rock, new wave, avant-pop, afro funk, funk psicodélico y afro beat lo hacen único e inalcanzable.

Hasta la próxima.

ÁLBUM MAGISTRAL

ARTISTA: TALKING HEADS.

ÁLBUM: REMAIN IN LIGHT.

FECHA DE LANZAMIENTO: 8 DE OCTUBRE DE 1980.

DURACIÓN: 40:10 MIN.

PRODUCCIÓN: BRIAN ENO.

SELLO DISCOGRÁFICO: SIRE RECORDS

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