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La descomunal irrupción de Van Halen en la escena musical

La banda estableció los nuevos límites del género e introdujo una redefinición en el modo de tocar la guitarra eléctrica en la cual Eddie Van Halen apareció con un desparpajo y virtuosismo tal, que tuvo un impacto gigante que marcó el camino a seguir para las bandas venideras.
Sebastián Bertolosso / @sebabertolosso

Por Sebastián Bertolosso / @sebabertolosso

Por el año 1978, Gene Simmons de Kiss se fijó en cuatro músicos que le habían llamado la atención y vio que podían tener alguna chance en el mundo de la música, ya que llenaban los pubs en donde tocaban y con shows de alto calibre, con lo cual decidió financiarles cuatro demos que terminaron presentando al sello Warner Brothers, sin tener consciencia del descomunal nivel musical ni de la magnitud que iban a adquirir posteriormente. Esos cuatro jóvenes eran Van Halen. Ese mismo año, vería la luz el homónimo álbum debut del grupo, con una altísima calidad y una enorme importancia histórica para la banda ya que los puso en el mapa musical como uno de los números mas importantes de la escena rockera mundial de ese entonces, y además los colocaba como unos de los candidatos a brillar en los años ochenta, cosa que terminó ocurriendo. De este modo, la banda estableció los nuevos límites del género e introdujo una redefinición en el modo de tocar la guitarra eléctrica en la cual Eddie Van Halen apareció con un desparpajo y virtuosismo tal, que tuvo un impacto gigante que marcó el camino a seguir para las bandas venideras. No por nada está considerado como uno de los mejores guitarristas de toda la historia. De ahí la importancia fundamental de este álbum que además que se consolidó como uno de los discos esenciales de la historia del rock.

V an H alen - V an H alen - full album (debut album 1978)

Para poner en contexto, hacia finales de la década de los ‘70 la música disco y el punk concentraban la mayor atención mediática y popular, ya que el viejo y querido rock de las enormes bandas de comienzos de década parecía reducirse a círculos cada vez menores. La descomunal y contundente aparición de Van Halen reinventó el rock americano. Fue algo nuevo, fresco y de un nivel musical tan alto que abrió las puertas a toda una camada de bandas talentosas hasta que, como suele pasar en estos casos, los excesos llevaron a saturar al hard rock de los años ‘80 y a todos sus seguidores y público en general, al punto tal de su casi desaparición (solo quedaron unos pocos). Para comienzos de los ‘90, en gran medida por la descomunal irrupción de uno de los movimientos mas importantes en la historia musical -me refiero ni mas ni menos que al grunge- bandas de la talla de Nirvana, Pearl Jam, Soundgarden y Alice In Chains dieron un auténtico golpe en la mesa y redefinieron el panorama global, pero eso es tema para desarrollar en otra oportunidad.

Volviendo al gran disco que nos convoca, nos deja de manifiesto que el talento musical de los hermanos Van Halen es algo indiscutible. La innovadora manera de tocar la guitarra de Eddie que marcaría a las siguientes generaciones de guitarristas, ofrece en cada tema del grupo una verdadera clase magistral, que resulta imprescindible a la hora de comprender ese nuevo rock. En cuanto a Alex, creó un sonido tan único y personal desde su batería, una mezcla de virtuosismo y contundencia que marcaría no solo el sonido del álbum sino de toda la carrera de Van Halen. A ellos se le sumarían en el bajo Michael Anthony, que no solo demostraba estar a la altura de los hermanos en lo musical, sino que además sus aportes en voces y coros son de manufactura indiscutible, y como si fuera poco apareció como la frutilla del postre, el virtuosisímo vocalista David Lee Roth que además de su descomunal voz, de las mejores del género, tenía un histrionismo y personalidad tal que lo hacían adueñarse del escenario con total naturalidad y redefinir el concepto de frontman, con lo cual de este modo el combo Van Halen era en definitiva un auténtico dream team que funcionaban a la perfección por ese entonces.

La producción del disco estuvo a cargo de Tod Templeman, conocido por sus trabajos con los Montrose de Sammy Hagar (que con los años terminaría siendo también cantante de la banda) y Ronnie Montrose. Su contribución resultó inmejorable ya que en aspectos como el sonido de guitarra por un solo canal provocaron una concisa y asombrosa separación por instrumentos e incluso la ausencia de guitarras rítmicas durante los solos de Eddie Van Halen dotan al disco de una refrescante sensación de show en vivo.

“Van Halen”, está conformado por once tracks compuestos de manera excelsa y fabulosamente interpretados. En cuanto a lo musical, cada tema ofrece diferentes versiones de la pirotecnia guitarrera que caracterizó a la banda, acompañada de un combo rítmico incendiario y la descomunal voz de David Lee Roth. Es decir, cada uno de los cuatro miembros resulta fundamental e imprescindible para lograr ese sonido tan arrollador. El disco abre con la tremenda “Runnin’ With The Devil”, que marca con contundencia brutal lo que está por venir o no, ya que nos toma absolutamente por sorpresa y ni en el mejor de los sueños podríamos imaginar lo que está por comenzar. La instrumental “Eruption” constituye ni más ni menos que una verdadera obra maestra en si misma, un clase de virtuosismo de Eddie Van Halen que en ese mismo track redefinió la historia para siempre. En tan solo un minuto y cuarenta y dos segundos de duración emana exuberancia, talento y precisión que lo muestran totalmente poseído por la irreverente pasión del blues y del rock. Ese tema marcaría a infinidad de guitarristas de las nuevas generaciones.

Luego llega el gran cover de “You Really Got Me” de Ray Davies para los Kinks y que supera al original por amplio margen, de la mano del poderío guitarrero de Eddie y la soberbia muestra de capacidad vocal David Lee Roth, como así también su arrasadora personalidad que lo convierten en un frontman único. A continuación llega “Ain’t Talkin’ ‘Bout Love” que es otro de los grandes momentos de la placa, donde todos brillan para dar como resultado un tema genial por donde se lo escuche. Ahí nomás aparece de manera arrolladora y brutal “I’m The One”, otra de las joyas de este gran disco y que se embarca en un alocado tren que desborda energía al ritmo de un salvaje Alex Van Halen en la batería, sobre el que se suben sus compañeros para brillar cada uno en su momento oportuno, un soplo de antología de Eddie, un groove brillante de Michael que además descolla en las voces junto a David y el mismo Eddie.

“Jamie’s Cryin’”, llega como un brillante esfuerzo que contiene dos partes de guitarra verdaderamente asombrosas. Sensacional la labor de Alex Van Halen y fundamentales los coros de Michael Anthony. En “Atomic Punk” y “On Fire” queda de manifiesto la teatralidad, el virtuosismo y el sonido atronador del cuarteto. “Feel Your Love Tonight”, es un rock clásico y contundente con un dejo blusero que nos muestra el lado divertido de David Lee Roth, en tanto que “Little Dreamer” tiene una cadencia más lenta, con algo de funk pero que no por eso la hace menos potente. Para el cierre llega el cover de “Ice Cream Man” de John Brim, enorme bluesman de Chicago, que luego se convierte en una oda a ese viejo y querido rock and roll clásico pero con potente ritmo de blues. Y si de potencia hablamos, el cierre con “On Fire”, no hace más que poner de manifiesto el sonido incendiario de la banda, una verdadera brutalidad.

Por todo lo expuesto, no queda mas que afirmar que “Van Halen” es un disco genial y que su escucha resulta imprescindible, ya que se convierte en un verdadero ritual de iniciación para cualquiera que tenga avidez de descubrir qué era ese hard rock que voló nuestras cabezas allá por los años ‘80, y que además es una contundente lección de virtuosismo, tanto en la guitarra, la batería, el bajo, las voces y la personalidad de un frontman brillante.

Hasta la próxima.

CLÁSICO DE CLÁSICOS

ARTISTA: VAN HALEN

ÁLBUM: VAN HALEN

FECHA DE LANZAMIENTO: 10 DE FEBRERO DE 1978

DURACIÓN: 35:13 MIN.

PRODUCCIÓN: TED TEMPLEMAN.

SELLO DISCOGRÁFICO: WARNER BROS RECORDS.

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