¿El futuro son ellos o somos nosotros?
Entre cuatro ruedas en una de las más concurridas autopistas de Buenos Aires «Ellos» paseando orgullosamente en una nave espacial de los años 70 denominada Fiat 600, reliquia cuidadosamente restaurada como la última esperanza del siglo. «Él» manejando con su elegante brazo apoyado en la ventanilla, «Ella» su compañera oficiando de anfitriona con la delicada ofrenda de una medialuna y un sorbo de nuestra preciada infusión de mate. Entre ambos más de 150 años de sabiduría haciendo gala con el simbólico resplandor de un pelo blanco.
El disfrute sobresale en un vehículo verde, color que parece poner orden al caos de alrededor, se observan dos almas cuyo rictus enciende todo cuanto pasa junto a ellos.
Una imagen de felicidad se evidencia. Situación casi tan llamativa como un big bang. Ultimátum para el resto de los mortales, que sin saber ¿por qué o hacia dónde?, necesitamos volver a “ver”, o mejor dicho determinar una nueva coordenada del recorrido.
Pink Floyd en su icónica obra “Us and Them” vocifera…«Y después de todo solo somos hombres ordinarios. Yo y tú»
Podríamos hablar de un cambio de un régimen ordinario a un régimen simple, también acercarnos a Jefferson Airplane con su himno “White Rabbit” que nos dice…una píldora te hace más grande y la otra más pequeña, aunque algunas como las de mi madre no actúan en absoluto.
El mundo con su efecto drogadependiente vestido de placebo.
¿Qué hacer? ¿Ellos o nosotros?
Alimenta tu Cabeza nos dice esta revolucionaria composición de 1967, donde Alicia en el país de las maravillas es materia prima de creación.
Educar, los sonidos en los encuentros no bastan, hay que elevar esos intercambios.
Rilke en su libro “Cartas a un joven poeta” nos asiste: «Sé paciente con todo aquello que esté sin resolver en tu corazón e intenta amar las preguntas en sí mismas. No busques las respuestas, no se te pueden dar, pues no serías capaz de vivirlas.
Y la clave está en vivirlo todo. Vive las preguntas ahora. Quizá, poco a poco, sin percatarse, vivas hasta llegar, un día lejano, a la respuesta»
En tiempos de años militarizados exacerbados, ¿qué armas emocionales podemos desplegar para contrarrestar la violencia extrema de un afuera hostil?
La unión socava la violencia dicen. Transformar la violencia en derecho, una belleza de sueño por el que luchar.
¿Se podrá reemplazar el poderío de las ideas por él de la materia?
¿Podrá Eros seguir luchando por su personaje principal con la cuota de agresión justa para existir?
Identificar ¿cuándo?, siendo seres animados, protegemos nuestra propia existencia destruyendo el elemento extraño.
Saber descifrar los abusos de autoridad en una realidad compleja, es una forma de generar iniciativas de derecho propio.
Crear una contracultura en principio como salvavidas de emergencia indispensable, para luego recrear una robusta embarcación de navegación.
Fernando Polack con su inciativa “Alamesa”, un restaurante con jóvenes neurodiversos, creó un espacio, con el fin de vertebrar una zona de desarrollo próximo. Ellos, un grupo de 40 personas hoy ya tienen un propósito, en este caso el de ofrecer un servicio a la comunidad, pero lo importante más allá de Alamesa, es sentirse parte de un ecosistema, con la contención necesaria para poder expresarse. No sentirse excluidos es de lo que se trata.
Lo que más resuena como un acorde de blancas y negras, es la causa de esta gran obra, encontrar un lugar para Julia, hija de Polack, ella y ellos empiezan un nuevo rumbo, el de sentirse en consonancia con esos otros pares.
¿Nosotros y ellos?
LA AUTORA
MARÍA DEL PILAR CARABÚS. ABOGADA, ESCRITORA, COMUNICADORA, MBA “ESPECIALISTA EN DERECHO CONSTITUCIONAL Y DERECHOS HUMANOS” (MINORÍAS Y GRUPOS VULNERABLES) UNIVERSIDAD DE BOLONIA, ITALIA.
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