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Soy tu aventura

La secuela de “Breath of the wild” llega a Nintendo Switch seis años después en “Tears of the kingdom” (Las lágrimas del reino) para convertirnos en Link y recuperar todo aquello que ha hecho de la saga “The legend of zelda” una aventura única de vivir. Repasamos brevemente su historia.
Gabriel Ocampo Barrionuevo

Por Gabriel Ocampo Barrionuevo

La primera gran aventura de Link, comenzó en 1986, cuando Shigeru Miyamoto y Takashi Tezuka concibieron juntos hace más 35 años, un juego hermosamente titulado “The Legend of Zelda”, para la primera consola de videojuegos de Nintendo, la Nes de 8 bits (Famicom en Japón). Prácticamente, todas las señas de la serie estaban ya presentes: la historia con la Trifuerza como trasfondo, el reino de Hyrule y hasta el tema principal de la banda sonora. Lamentablemente, pocos en nuestro país lo pudieron jugar, ya que el juego era muy largo y contaba con una pila para grabar los avances, no incluida en las copias piratas para la recordada Family Games.

Un año después salió “Zelda II: The Adventure of Link”, para la misma consola. Pero el gran salto lo tuvo en 1991 para “el cerebro de la bestia” la Super Nintendo con “The Legend of Zelda: A Link to the Past”, siendo la única entrega para los 16 bits, considerada por mucha gente como la mejor entrega de la serie, en la cual Link se movía a través de dos mundos paralelos, el de la luz y el de la oscuridad. Y la incorporación de mazmorras de varias plantas, con duros jefes finales.

El primer Zelda portátil de Nintendo fue una pequeña joya titulada “The Legend of Zelda: Link ‘s Awakening” en 1993 para la querida Game Boy. Abandonando el reino de Hyrule, para ambientarse en Isla Koholint, donde Link naufragaba luego de una tormenta. Para poder salir de allí, debía despertar al Pez Viento, que contó luego con una remake en 2019, para Switch. En 1998 Nintendo y Shigeru Miyamoto, lanzaron lo que fue la obra maestra de los videojuegos en los ‘90s, “The Legend of Zelda: Ocarina of Time” para Nintendo 64. Link se pasaba al mundo 3D, con una aventura nunca antes vista por ningún jugador. El juego empezaba con Link de niño, que, más tarde, avanzaba siete años en el tiempo, con el uso de una ocarina que permitía viajar en el tiempo para convertirse en adulto y regresar a la niñez que nos permitía superar ciertas secciones, antes inalcanzables.

En los siguientes años salieron varios juegos (todas obras maestras) pero por falta de espacio solo los nombraré: “The Legend of Zelda: Majora’s Mask” en 2000 para Nintendo 64. Dos versiones para portátil Game Boy Color en 2001: “The Legend of Zelda: Oracle of Ages y Oracle of Seasons”. En 2002 “The Legend of Zelda: The Wind Waker” para GameCube y el mismo año “Four Swords” en Game Boy Advance. En 2004 “The Legend of Zelda: Four Swords Adventures” en GameCube y The Minish Cap para Game Boy Advance.

Llegando al 2006 es importante detenerse un poco, la salida de “The Legend of Zelda: Twilight Princess” para GameCube y Wii fue la primera entrega de la serie con control por movimientos, siendo la entrega más oscura de la saga Zelda. Al llevarnos a una versión de Hyrule fusionada con el Reino del Crepúsculo, un tenebroso mundo reinado por Zant. Después de dos aventuras para DS: “The Legend of Zelda: Phantom Hourglass”, 2007 y “Spirit Tracks” en 2009, en 2011 “The Legend of Zelda: Skyward Sword” para Wii, solo se podía jugar con control por movimientos, pero muchos soportaron esta imposición por parte de Nintendo, por que era una precuela de todo lo visto con anterioridad en la saga. Narraba el origen de la Espada Maestra y del Héroe del Tiempo. Siguieron dos entregas para 3DS: “The Legend of Zelda: A Link Between Worlds”, 2013 y “Tri Force Heroes” en 2015.

Antes de llegar al final del recorrido histórico de la saga, en 2017, al igual que en 1998, nuevamente se produce otro quiebre en la saga y en toda la historia de los videojuegos, con la salida de “The Legend of Zelda: Breath of the Wild”. Como broche de oro para la incomprendida Wii U y como lanzamiento para la codiciada por muchos Nintendo Switch. No alcanzaría todo el suplemento para destacar cada uno de los puntos de esta gran aventura. Solo escribiré que si nunca jugaste un videojuego en tu vida, “que lo hagas sin temor”, porque la filosofía de mundo abierto (desde el principio somos libres para ir a cualquier parte de Hyrule) es una demostración de cómo vivir nuestra propia aventura.

Y por fin llegamos al final de la actual línea de tiempo, cuando el pasado viernes 12 de mayo salió la secuela “Breath of the Wild”, que nos trasladará a los cielos de Hyrule en “The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom”, para la actual Switch. La historia da continuidad a los hechos acontecidos en “Breath of the Wild”, de modo que Ganondorf regresará de entre los muertos, pero esta vez con una apariencia más humana, al estilo Ocarina of Time. El príncipe de los gerudos, autoproclamado como el legítimo rey que tratará de imponer un nuevo orden en el reino de Hyrule. Link tendrá que enfrentarlo nuevamente, pero parece que esta vez con ayuda de una Zelda que promete tener más peso que nunca en la historia. Como al principio del juego, junto a Link explorando las cuevas subterráneas del templo en el que descubren un cadáver momificado, el cual toma vida y se levanta, logrando también elevar el castillo de Hyrule.

Link deberá encontrar a la princesa Zelda y así salvar al reino de Hyrule de las garras de Ganondorf. Donde gracias a la princesa y mediante súbditos, le otorga a Link, un nuevo brazo derecho que le da acceso a nuevos poderes y múltiples habilidades. Todo alrededor de una misteriosa lágrima dorada, para vivir una vez en la vida, una aventura que no parará de emocionarte en todo momento.

@gabyocampob
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