Saltar menú de navegación Teclas de acceso rápido
Policiales Crimen en Villa Gesell

"Es una pesadilla total", dijo el padre de uno de los rugbiers

El papá de Máximo Thomsen, imputado como coautor del homicidio de Fernando Báez Sosa, dijo que su hijo "está destrozado", al salir de visitarlo en la comisaría de Pinamar.

El padre de Máximo Thomsen (20), uno de los rugbiers imputados como coautor del homicidio de Fernando Báez Sosa (19) en Villa Gesell, aseguró hoy que lo que ocurrió "es una pesadilla total" y que su hijo "está totalmente destrozado", al salir de visitarlo en la comisaría de Pinamar donde se encuentra detenido.

Vestido con una remera azul, anteojos de sol y una gorra, el hombre dijo a la prensa que está "destruido" y que en su familia están "muertos todos".

Su hijo es uno de los diez rugbiers que permanecen detenidos desde hace una semana por decisión de la fiscal de Villa Gesell, Verónica Zamboni, quien les imputó el delito de "homicidio agravado por premeditación de dos o más personas" en perjuicio de Báez Sosa a la salida del boliche Le Brique.

El hombre enfrentó por primera vez a los medios y señaló que su hijo "está totalmente destrozado" y negó que haya existido un "plan" para asesinar a la víctima.

"No hicieron ningún plan para matarlo (a Fernando), eso es una locura", dijo.

"Es terrible, es una pesadilla total, hay que seguir trabajando, hay que seguir viviendo", concluyó visiblemente fatigado su declaración ante los periodistas el papá de la joven promesa del rugby.

Posteriormente, se retiró de la seccional la madre de Juan Pedro Guarino, otro de los detenidos en el marco de la investigación por el caso, quien manifestó que su hijo le aseguró que "no estaba en el lugar donde ocurrieron los hechos".

Entre lágrimas, la mujer expresó que lo único que podía pedir era enviarle el "pésame" a la familia del joven asesinado.

Guarino es uno de los tres rugbiers que por el momento no fueron identificados por ninguno de los testigos en las ruedas de reconocimiento que se llevaron a cabo entre el jueves último y ayer.

Por último, abandonó la comisaría la mamá de Blas Cinalli (18), otro de los que no fue reconocido en las ruedas de presos, pero evitó responder las preguntas de los periodistas.

Los diez rugbiers detenidos en el marco de la causa permanecían alojados hoy en esa seccional policía y el lunes serán nuevamente trasladados a la sede de la Secretaría de Seguridad municipal, donde continuarán las ruedas de reconocimiento.

Hasta el momento, siete de los diez detenidos fueron identificados en alguna medida como participantes de la golpiza a la que sometieron a Báez Sosa hasta provocarle la muerte. 

Desde el domingo 19 de enero por la noche, momento en el que trasladaron a los 10 acusados de asesinar a Fernando Báez Sosa para ser indagados por la fiscal Verónica Zamboni, fueron varios los padres que llegaron a la Costa Atlántica para estar cerca de sus hijos.

Recién el miércoles pudieron tener contacto con ellos por primera vez. Allí se acercaron con prendas de vestir y algunos alimentos que pudieron consumir en el momento. Esa misma situación se repitió este sábado, por la tarde, en lo que fue la última visita previo a que el grupo de rugbiers sea trasladado el próximo martes a la Unidad N°6 de Dolores, luego de que finalicen las ruedas de reconocimientos por parte de los testigos.

En esta segunda visita en la Comisaría 1ra. de Pinamar, los rugbiers de Zárate dialogaron con sus padres. Los 10 están divididos en grupos de 5, distribuidos en los dos calabozos que tiene la dependencia. Se reunieron con ellos, les entregaron ropa, comida y pudieron hablar durante algunos minutos con ellos.

Las mamás y los papás de los jóvenes, quienes aguardan para ser trasladados al penal de Dolores, prefirieron no dialogar con la prensa mientras salían del destacamento policial de Pinamar. Por lo bajo, sólo atinaron a decir que "están detrozados".

Según fuentes policiales, "angustia" es el sentimiento que mejor define a quienes se acercaron durante estos días hasta el lugar donde los 10 rugbiers están detenidos.

Tres testigos marcaron nuevamente a Máximo Thomsen ?acusado de ser el autor material del homicidio? como uno de los atacantes que le pegó a Fernando cuando este estaba de rodillas, ya inconsciente. Es el más comprometido en la investigación, ya que fue identificado de manera directa por cinco testigos distintos.

También volvió a ser apuntado Enzo Comelli, imputado como partícipe necesario. En su caso, dos testigos lo vieron golpeando a Fernando. Y uno de ellos lo ubicó dentro de la discoteca, como uno de los que iniciaron la gresca en el interior del local nocturno. La rueda de reconociendo pretende determinar el rol de cada uno de los protagonistas de la brutal golpiza. En ese sentido, Matías Benicelli fue señalado como el arengador: los testigos indicaron que fue quien alentó a los demás a que le pegaran a Fernando, y que fue quien se encargó de evitar que otros intercedieran y defendieran a la víctima.

Por otra parte, dos testigos apuntaron a los hermanos Ciro y Luciano Pertossi como dos de los que golpearon a uno de los amigos de Fernando, lo cual los coloca como partícipes necesarios del crimen, al impedir que ese amigo pudiera ayudar a la víctima. Para la fiscal Zamboni, Ciro es el otro coautor del asesinato, junto a Thomsen.

Hasta el momento fueron reconocidos siete de los diez acusados. Los seis testigos que participaron hasta el momento no pudieron identificar a los tres restantes: según supo Infobae, se trata de Blas Sinalli, Alejo Milanesi y Juan Pedro Guarino.

La semana próxima se realizarán las pericias de rastros a la ropa y zapatillas de los rugbiers que fueron secuestradas. Algunas de las prendas tienen manchas hemáticas. Ayer, Infobae presentó las imágenes de un calzado de lona con la sangre de la víctima, el cual será peritado con una prueba scopométrica para saber a quién le pertenece.

Comentarios

Últimas noticias

Te puede interesar

Teclas de acceso