Se llamaba Roberto Alejandro, pero sus amigos lo conocían como el "Gringo" Mantovani. En su Chilecito amado supo conquistar el corazón de cientos de chileciteños y a lo largo del mundo, honroso viajaba para posicionar los vinos de su amada Cooperativa La Riojana y en esa tarea conoció a otros tantos más que lo apreciaron.
Era Gerente General de Cooperativa La Riojana pero a sus espaldas tenía años de lucha y defensa del sector productivo, en especial el vitivinícola. Defendía derechos y desestimaba cualquier suposición que se haga respecto al origen del torrontés riojano.
Este sábado 21 de marzo, se conoció la noticia de su fallecimiento. Chilecito se conmocionó. El sector productivo se paralizó. Sus amigos, los que forman parte del directorio de Cooperativa La Riojana se convocaron, puertas adentro, en el edificio de la empresa vitivinícola, y la lágrimas no se ocultaron, la tristeza y el desconsuelo superaron cualquier instancia de razonamiento.
El ¿qué pasó?, ¿cómo sucedió?, fueron dos preguntas que con el paso de las horas encontraban una respuesta más silenciosa. No importaba la causa, lo real superaba la razón y sólo quedaba brindar el acompañamiento a su familia, a sus hijos, en una instancia que también está marcada por una excepcionalidad nacional.
Roberto era íntegro. Una persona sincera, que con su tono de voz fuerte exponía la simpleza de su corazón. Era solidario, vaya si lo era, tenía una única forma de ser que lo caracterizó a lo largo de su vida.
Como persona supo amar y lo expresó de diferentes maneras. A ello sumó un largo currículum de todas aquellas actividades que supo emprender y que por su mirada engrandecedora le salieron bien. Nunca lo hizo sólo, siempre actuó en consonancia con el apoyo de sus amigos, de sus compañeros de trabajo y con la mirada siempre puesta en el desarrollo del sector productivo.
Con el mismo ímpetu hablaba en los pasillos de la bodega, pero también lo hacía frente a un gobernador, a un empresario o a quien quisiera escuchar ese amor por el trabajo de la tierra y el esfuerzo que ello significaba.
El Gringo Mantovani era transparente. No ocultaba su enojo por las injusticias y tampoco su alegría por los logros y proyectos.
Así lo expresó en el lanzamiento de la vendimia 2020. Acompañó a todos, quizás sin saber que era su última cosecha. Defendió al sector y pidió acompañamiento, y con gran orgullo convidaba una copita de torrontés.
El dolor expresado en letras
"Luchador incansable del sector productivo en general, y de su pasión, la vitivinicultura, en particular. Recordar a Roberto es reconocer en él, el trabajo y su visión como aportes al posicionamiento de los vinos riojanos en el contexto nacional e internacional, siendo parte importante del impulso de la identidad productiva de La Rioja en el mundo" así lo definía en letras su amigo Fernando Rejal, actual ministro de producción de la provincia, con quien compartió largas charlas de amigos.
Por ello, también expresó: "Acompaño a su familia y seres queridos en este momento tan dificil y doloroso y les deseo con el corazón impregnado de fe, una pronta resignación. Hasta siempre Gringo, amigo y compañero de lucha por el crecimiento de la producción."
Sin lugar a dudas, otra de las expresiones emotivas fue la de Mario Juan González, presidente de Cooperativa La Riojana, pero fundamentalmente amigos de toda la vida, amigos de experiencias personales y de trabajo, amigos entrañables que junto a José Luis Bellia, Lorenzo Capece, Eduardo de la Vega compartían la pasión por el trabajo y el esfuerzo cotidiano.
"Hoy estamos conviviendo con una triste noticia. Falleció en Chilecito Roberto Mantovani, Gerente General de La Riojana Cooperativa. Una irreparable pérdida de un dirigente con mayúscula, un gran luchador, preocupado y ocupado de todos los problemas que se presentaban en la vitivinicultura, el Cooperativismo, el Mutualismo o el gremialismo agrario y también buscando la solución a los problemas de los demás" escribía Mario Juan González para confirmar lo que muchos no podían creer.
"Fue un apasionado en todo lo que hacía. Estaba cargado de valores y de principios con los que daba el ejemplo. Anduvimos siempre juntos y me deja y nos deja un espacio difícil de llenar. Que dios te elija el mejor lugar, o sea, el que te merecés amigo Reby" expresaba con mucho pesar el presidente de Cooperativa La Riojana.
Su compañera de vida. Alejandra, con quien compartía lo dulce y lo amargo de los días, supo resumir en letras su gran dolor: "Por siempre y para siempre Gordito amado. Nadie puede imaginar cuánto amor cabía en vos. Mi corazón se fue con vos".
A estos posteos, que sin duda fueron difíciles de escribir, se suman otros más, un poco más extensos, un poco más resumidos. Pero todos con la expresión sentida de una pérdida inesperada, sorpresiva, en medio de una realidad que no permitió el abrazo masivo y acompañamiento de muchos en respeto de la actual situación nacional.
Se fue en silencio. Se fue un día sábado, el día que siempre le gustaba ver en el patio de la Cámara de Productores Agropecuarios (CARPA) - institución de la que fue años presidente- los canastos con verduras y frutas, los canastos con la producción del labrador de la tierra, los canastos con la uva y también con las brillantes botellas del torrontés.
Así fue su vida, la de Roberto Alejandro Mantovani. Un hombre leal, apegado a sus convicciones de trabajo y esfuerzo. Sincero, quizás gruñón, pero un hombre grande desde su contextura física hasta su corazón cargado de amor por el sector productivo, por la labor de la tierra, tierra a la que hoy vuelve en cenizas que darán su fruto.
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