El departamento de Folklore de la Universidad Nacional de las Artes homenajeó al cantautor riojano Ramómn Navarro como “Personalidad destacada de la música popular y folklórica”.
Este reconocimiento fue propuesto por las Profesoras Casiana Torres y Guadalupe Fleitas de la asignatura Canto Popular Argentino, y fue aprobado por unanimidad por el Consejo Departamental del Dpto. de Folklore.
El acto de entrega del diploma estuvo a cargo del Decano de dicho Dpto, el Lic. Victor Giusto. También contó con un homenaje musical con la participación de su hijo, el músico Monchi Navarro, los profesores Casiana Torres, Guadalupe Fleitas, Candelaria Quiñones, Martín Castro y estudiantes de la asignatura Canto popular argentino.
“Celebramos juntos a ellos esta distinción a una figura tan relevante de la cultura popular”, dijeron desde la secretaría de Culturas, que acompañó al hacedor cultural en este homenaje.
Un hombre identificado con el paisaje y los personajes de su Rioja natal, tan hondas sus raíces como larga su trayectoria como escritor, cantor, autor y compositor dentro de nuestro folklore. Fue cantor de Alberto Castelar, participó de la obra “Los caudillos”, integrante durante once años del conjunto Los Quilla Huasi, junto a Héctor David Gatica creador de la gran obra integral la Cantata riojana, autor de temas inolvidables como “Patios de la casa vieja”, “Mi pueblo azul”, “A Don Rosa Toledo”, “Chayita del vidalero”, compositor de “Elegía de la Victoria Romero”, “Zamba del cercador”, “La Pailliri”, entre otras más de doscientas obras musicales.
“Una obra está terminada cuando se le saca todo lo inncesario. Y eso a mi siempre me preocupa, porque siempre veo qué más le puedo sacar”, afirmó el cantautor en una de las entrevistas que NUEVA RIOJA publicó.
Precisamente uno de esos temas que tiene ese misterios de los cuales habla Navarro es “Patios de la casa vieja”. A un provinciano ese tema sigue produciendo las mismas sensaciones que cuando lo escribió su autor, cuando de su casa paterna quedaban solamente los recuerdos imborrables. Para explicar ese proceso creativo, los ojos de Ramón Navarro se traspolan a esa casa de la avenida Rivadavia, donde pasó gran parte de su vida. “En la esquina había un almacen. Ya había fallecido mi padre y todos los hijos comenzábamos a emprender vuelo. Esa semejante casa quedaba para m madre sola y ahí dije que tenía que escribir algo sobre eso. Se me ocurrió en forma de colpa y escribví la letra, de lo que luego sería la zamba. Lo guardé para mí, antes que desaparezca la casa”, así fue cómo se comenzó a gestar uno de los temas emblemáticos de Ramón Navarro, que sigue apareciendo en guitarreadas y emociona hasta las lágrimas, en recuerdo de los nidos vacios.
“Coincidió el tiempo que tenía amigos folklorista, entre ellos Ernesto Cabeza de Los Chalchaleros y al escuchar la zamba me dijo que se la pasara e hicieron un disco que justamente se llama ‘Patios de la casa vieja’. Ahí está donde siempre hablo de quitar las asperazas para que quede lo más sintético y puro de los recuerdos. Para que le llegue ese perfume, ese patio. Porque qué casa provinciana tiene un limonero, un geranio. Y luego viene la vinculación con la música. La palabra y la música tienen que estar machimbrada, como lo decia el Chivo Vadallares, ese gran tucumano. Cuando la música y la letra están machimbradas, ahí está el éxito. Pero debe salir sin buscarlo”, así es la fórmula que Ramón Navarro tiene para crear un tema como “Patios de la casa vieja”.
“Mi pueblo azul” es la canción que simboliza el amor de un hijo por su tierra. Ramón Navarro habla sobre su Chuquis, y el pueblo también elogia a su hijo. Y es que hace algunos años, “Mi pueblo azul” se convirtió en el himno de este pueblo del departamento Castro Barros. Pero esos vínculos siguieron y es que usando como base los bellos versos de Gatica: “Si llegando por un viejo camino senda gris, la voz del hijo amado se convirtió en el himno de su pueblo, podrán por qué no sus calles, algún día tener el nombre de sus canciones”, es que en el año 2014, cuando se cumplían 80 años de vida de Ramón Navarro, las calles de Chuquis pasaron a tener los nombres de las canciones de este hijo amado. Y es así que las calles tienen nombres como “Chaya de los pobres”, “Doña Rosa Toledo”, “Leopoldo silencio”, referido a un chuqueño de nombre Leopoldo Romero y La placita tiene el nombre “Cantata Riojana”. Este gran acontecimiento fue grabado por la periodista Silvia Majul, quien luego le sugirió a Ramón el hecho de hacer un documental sobre ello. Así surgió “Un pueblo hecho canción. Una película sobre Ramón Navarro”.
En tanto que hace poco, el Concejo Deliberante y el Municipio Capital pusieron en valor la Plaza del Encuentro del barrio 25 de Mayo Sur a la que, por Ordenanza nº 6412, se le añadió el nombre “Ramón Navarro”.
Junto a concejales, vecinos del sector sur de la Ciudad y artistas se descubrió la placa, en la plaza ubicada entre calles Manuela Ozán, Hermana Dionisia, Profesora Delina Roldán y Avenida Ortiz de Ocampo. La iniciativa se ideó para homenajear los 90 años de vida del compositor y cantautor riojano, quien recibió la sorpresa tras una videollamada en el mismo acto.
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