La crisis económica por el recorte de ingresos a las administraciones provinciales aceleró un incipiente armado de gobernadores, intendentes y dirigentes de un sector del peronismo con identidad federal. La reacción de la CGT con un paro general y movilización en el Congreso ante la reforma laboral incluida en el DNU 70, pero congelada por la Justicia, disparó el reclamo de una posición unificada del Partido Justicialista, que todavía digería el golpe en las urnas que coronó a Javier Milei en la Presidencia de la Nación.
Este viernes 2 de febrero habrá un cónclave en La Rioja, que tendrá como anfitrión al gobernador Ricardo Quintela, quien recibió una advertencia de parte del Gobierno nacional ante un presunto acto ilegal si es que implementa, finalmente, una cuasimoneda provincial ante la pérdida de recursos de parte del Estado nacional. En ese evento, tendrá el guiño de su par bonaerense, Axel Kicillof, ya que estará su recaudador, Cristian Girard, titular de ARBA, para hablar sobre el escenario económico de la provincia más poblada del país.
En los hechos, la cumbre de La Rioja será un experimento de un plan para encolumnar al peronismo detrás de una estrategia opositora activa, mientras dirime el liderazgo. Hay, al menos, tres bloques que impulsan nombres propios para comandar “la resistencia a Milei”, según confiaron fuentes del peronismo, consultadas por PERFIL. Por el momento, las cabezas que asoman son conocidas: Kicillof, Sergio Massa y Cristina Kirchner. Pero, el segmento federal podría tener su propio emergente.
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