La preocupación por el aumento de los casos de bullying en las escuelas riojanas crece día a día. Así lo manifestó la Lic. Cecilia Flores, referente del programa “Convivir en la Escuela”, que forma parte del equipo central de ESI (Educación Sexual Integral) del Ministerio de Educación de la provincia.
Flores confirmó que en los últimos años se registró una suba significativa en las denuncias no solo de bullying tradicional, sino también de ciberbullying y otras formas de acoso escolar. A raíz de esta problemática, se vienen desarrollando intervenciones sostenidas desde las instituciones educativas en todos los niveles y en articulación con distintas áreas del Gobierno.
"Tenemos un protocolo desde el año 2021 que fue convertido en ley en 2023 (Ley Provincial 10.656). Este nos permite intervenir de manera sistemática, con jornadas de concientización, talleres para familias y acciones de prevención en todas las escuelas", explicó.
La especialista remarcó que el abordaje no se centra solamente en la víctima, sino también en el agresor y en el entorno: "En cada caso hay chicos que observan, callan o no saben cómo actuar. A todos hay que incluirlos en el proceso de reparación y reflexión".
Uno de los puntos más críticos es la baja participación de las familias, especialmente en el nivel secundario. "En jornadas con 37 alumnos, solo asisten cuatro padres. Hay una gran ausencia del rol adulto que debe ser revertida", advirtió Flores.
Además, brindó señales de alarma para que los padres y madres puedan identificar si un hijo está atravesando una situación de acoso: cambios bruscos de conducta, rechazo a ir a la escuela, dolores físicos recurrentes, aislamiento, uso de ropa excesiva en días calurosos (posibles autolesiones), entre otros.
"Muchos chicos están solos. Hay ausencias emocionales producto de situaciones económicas y sociales difíciles. Por eso promovemos una pedagogía del cuidado desde la escuela y una escucha activa desde la familia", explicó.
Finalmente, la referente del programa llamó a toda la comunidad a involucrarse: "No hay que hacer silencio. Si hay una sospecha, se debe hablar y activar el protocolo. El bullying es una forma de violencia persistente y no se soluciona ignorándola".
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