“Estamos aquí hoy y nuestro deseo es escucharnos. Nadie la tiene tan clara en este tema y todos vamos buscando caminos para el diálogo y para buscar la mejor ley posible. Sabemos que hay que buscar la ley posible para esto, pero es también escucharnos, es profundizar, es tomar conciencia sobre lo que va generando este fenómeno de las apuestas online, sobre todo nuestros niños, adolescentes y jóvenes”, aseveró.
“Para la iglesia, saben muy bien ustedes que están aquí presentes, que esta problemática es de una gran preocupación y ocupación nos tiene ocupados y preocupados. Cada vez más estamos viendo cómo las apuestas online tienen un poder de expansión tan grande y con tanto poder de daño. Estamos poniendo un casino, como se suele decir, en las manos de nuestros adolescentes y creemos que el camino es la prevención, es prevenir y no tratar de de ir después. Por tanto, nuestra mirada no se queda en cuestiones técnicas, sino que queremos enfocarnos en el modelo de sociedad que estamos construyendo. Como siempre ha dicho la Iglesia, desde una mirada cristiana nos corresponde, por un lado, velar por la vida y la dignidad de cada persona, y por otro lado en la cultura del cuidado. Promover esta cultura del cuidado. Todos y cada uno de nosotros, los que estamos aquí, debemos asumir nuestra responsabilidad, cada uno desde su lugar como padres y madres, educadores, legisladores, periodistas, sacerdotes, obispos, dirigentes sociales, todos estamos llamados a cuidar la vida de nuestros niños y ayudarlos a crecer en contextos favorables y más sanos. Por eso me atrevo a hacernos la pregunta: ¿En quién estamos pensando cuando favorecemos las puestas online o en qué? ¿Elegimos el negocio y el dinero fácil o cuidar a nuestros adolescentes o a nuestros jóvenes? Está claro, todos lo sabemos, que detrás de esta problemática hay un gran negocio, hay mucho dinero, muchos intereses en juego y como iglesia vamos a contramano de todos estos intereses”, acotó.
“Somos conscientes entonces de las dificultades y de los desafíos que tenemos por delante, pero no podemos mirar para otro lado y no queremos mirar para otro lado. Está en juego hoy la salud mental y emocional de nuestros niños y adolescentes y también su futuro. En el fondo, nos tenemos que preguntar con honestidad: ¿qué sociedad queremos construir? ¿Cuáles son los valores que queremos transmitirles? No podemos ignorar que en la Argentina estamos viviendo momentos muy difíciles. Somos un cuerpo muy frágil. Nuestros chicos y nuestros jóvenes se enfrentan con un panorama bastante complejo. ¿Es conveniente sobrecargar la espalda de nuestros jóvenes con elementos que hacen tanto daño que pueden comprometer su crecimiento y desarrollo? La respuesta creemos es que no y por eso queremos dar esta pelea y para eso estamos hoy aquí. Gracias y bienvenidos a todos”, finalizó.
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