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Sociedad ENTREVISTA EXCLUSIVA CON NUEVA RIOJA

Recuperar al adicto, para cortar el círculo sobre el narcotráfico

El juez federal Daniel Herrera Piedrabuena analizó la relación entre el tráfico y los adictos. “Es una responsabilidad de todos poder rescatar a esas personas”, dijo. En lo que va del año, ya se hicieron al menos 41 procedimientos.
Mariano Armagnague

Por Mariano Armagnague

REDACCIÓN NUEVA RIOJA

En las últimas semanas, los medios de prensa vienen dando cuenta de numerosos operativos de combate al narcotráfico en La Rioja, en general con detenidos y, en ocasiones, con el secuestro de importantes cantidades de droga. Eso fue lo que sucedió en Chilecito, el pasado 6 de abril, unas pocas semanas atrás, donde en el marco de un asesinato la Policía provincial halló 2,6 kilos de cocaína, que luego fue incautada por la Gendarmería Nacional. Y volvió a suceder este domingo, con la información acerca de seis detenciones y la incautación de droga.

Crimen de Chilecito
Crimen de Chilecito

Ya el año pasado se percibía una importante actividad de las fuerzas de seguridad y de la Justicia, con procedimientos que se dieron en esta Capital, en las rutas y, en forma creciente, en algunos puntos del interior, como Chilecito y Chepes.

Para analizar cómo se combate el tráfico de drogas, NUEVA RIOJA entrevistó en exclusiva al juez federal de La Rioja, Daniel Herrera Piedrabuena, quien brindó una mirada no sólo desde el punto de vista legal y punitivo, sino que también apuntó al rol de la sociedad y las instituciones, desde un ángulo más amplio que considere también las adicciones y las personas que padecen este flagelo.

“Lo de Chilecito es grave”

El caso más importante en lo que va del año ha sido el narcoasesinato de Jorge Gómez; en la escena del crimen se hallaron 2,6 kilos de cocaína, lo que motivó la participación de la Gendarmería Nacional y el Juzgado Federal.

“El hecho en Chilecito es grave, porque se trata de una muerte de una persona, en las condiciones en las que se da y luego que en el domicilio se encuentra droga”, comentó.

“Nosotros sabemos que la droga va aumentando, que se está haciendo todo desde el Estado, tanto a nivel provincial como nacional, con la Policía Federal, la Gendarmería y la PSA (Policía de Seguridad Aeroportuaria), hay un despliegue, pero no alcanza. No alcanza muchas veces a desbaratar esas bandas barriales que se generan y se saben proteger. Esa complicidad que se genera a veces en la propia ciudadanía, en una minoría, convierte muy compleja la investigación y poder llegar a descubrir a los responsables de eso”, explicó el magistrado federal.

Al respecto, sostuvo que se realizan numerosas tareas, desde filmaciones, intervenciones telefónicas, con lo que se va recabando informaciones para luego realizar los procedimientos en busca de neutralizar el comercio de estupefacientes.

“Necesario”

En el hecho puntual del caso Gómez en Chilecito, Herrera Piedrabuena consideró “totalmente necesario” que se instalara una dependencia policial provincial especializada en narcotráfico en esa ciudad. “Lamentablemente, muchas veces suceden las cosas después de un hecho que alarma, pero lo importante es que se cree la Unidad de Narcotráfico con asiento en Chilecito y seguramente se harán las gestiones para que pueda estar una subdelegación de Policía Federal” en ese lugar. “Nosotros, teniendo los recursos, podemos iniciar las investigaciones que nos soliciten las fuerzas, de lo contrario se hace muy complicado”, por las distancias y porque “las investigaciones son 24 horas todos los días, no para”, en una tarea que es “lenta y compleja”, describió.

Sobre este punto dijo que es “un anhelo de hace muchos años que se pueda crear un juzgado federal con asiento en Chilecito”, lo que depende del Congreso nacional. “Es una cuestión necesaria ya desde hace muchos años, pero necesita de la gestión política”, aseguró.

Un problema que crece

Finalmente, en lo que respecta al narcotráfico, este matutino consultó al juez federal sobre lo que se observa como un aumento de esta actividad ilícita: “se percibe, totalmente, se percibe y se actúa con lo que se tiene a mano”, que son las fuerzas nacionales y provinciales. En este punto, destacó que “se ha logrado trabajar en equipo, eso está permitiendo que vayamos avanzando en el narcomenudeo, pero hoy cerramos un kiosco y mañana están abriendo otro, es de nunca acabar, pero seguimos adelante y en eso también ayuda la ciudadanía”.

Las instituciones y la sociedad

A partir de esa idea, acerca de cómo la sociedad puede contribuir a combatir este flagelo, el juez federal Herrera Piedrabuena abordó otra línea de análisis.

“La ciudadanía ayuda en estos casos a la fuerza (de seguridad) a que podamos encontrar la droga, a los responsables, a los que se dedican a la venta, pero también debemos tener presente que esa es una parte del problema, la otra parte es la adicción y muchas veces, parte de la sociedad no la ve. No la ve en el sentido de qué hacemos con las personas adictas, qué hacemos con las personas que cayeron en esto por desgracia, por diversos motivos, quién las atiende.”

Consideró que, a la par de realizar un proceso penal con quienes están vinculados al narcotráfico, “también debemos velar por aquellos que, accidentalmente, o queriendo o por cuestiones de la vida, caen en el consumo”. “Es una responsabilidad de todos poder rescatar a esas personas, no excluirlas ni marginarlas, porque realmente necesitan de la ayuda de los demás. Ahí es difícil, se da una situación de que tenemos presos a los responsables, que produjeron un daño y ese daño concreto está en una persona, pero esa persona queda sin protección alguna”, reflexionó el juez federal.

Ese adicto, con falta de recursos, la familia y el entorno que lo segrega, “es muy posible que vuelva a caer, que vuelva al circuito de la droga y eso es lo que nosotros tenemos que evitar también, no se termina la tarea con el delincuente preso, tenemos que cerrar ese circuito con el adicto, para que no se convierta en un nuevo narco, en un vendedor a cambio del consumo”.

Esta dinámica de tráfico y consumo es una de las aristas que ha hecho recrudecer el problema, como sucede en diversos lugares, con la ciuidad de Rosario como ejemplo palmario. “Si nosotros también atendemos esa cuestión, de poder recuperar a esa persona, hacerle ver que tiene oportunidades en su vida, porque estamos hablando de jóvenes, la franja de 18 a 40 años, y otros más chicos, es la que más necesita atención, de poder dar una respuesta social y de contención, hasta diría de aceptación, de sentimiento hacia la persona, si no nosotros mismos la discriminamos, la separamos de los entornos de crecimiento y quedan sin nada, vuelven a los que les proveen la droga y son soldados, como vendedores”.

Por último, el juez federal apuntó que, en muchos casos, el camino de ida hacia la droga se da por falta de una contención familiar, “son personas que están atravesando ciertas debilidades y son presa fácil de la droga, quieren evadirse de la realidad, una vida distinta, pero totalmente engañosa, falsa y una vida de muerte”.

“Tenemos que tratar de ver cómo recuperar esas personas, ocuparnos mucho más de eso”, advirtió Herrera Piedrabuena, quien para cerrar observó que “hay organismos, pero no alcanzan, son pocos, entonces ese es el gran desafío que tenemos como sociedad”.

ENTREVISTA DANIEL HERRERA PIEDRABUENA DROGAS NARCOTRÁFICO

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