En estos últimos años lo que nos está pasando a las pymes y sobre todo a las que ejercen la actividad industrial, es que del producto bruto no está quedando casi nada, muchas ya se consumieron todo su capital y de la ganancia están sosteniendo los costos fijos que demanda su estructura. El título de este escrito remite a que existe desde siempre una diferencia marcada entre las pymes por región y los beneficios que el estado puede estar otorgando en estos momentos de crisis económica con respecto a sus calificaciones a la hora de ser analizadas por el sector financiero.
A las pymes pequeñas y medianas se les hace muy difícil el acceso a los beneficios de ayuda financiera, si hoy les está pasando a las que están dentro de los conglomerados productivos de las grandes urbes, no se imaginan lo que significa para las que están en las regiones alejadas del corazón del país. Cuanto más lejos están, menos visible son. La desigualdad de Argentina no solo se refleja en los índices de empleo y pobreza o en el acceso a la educación, la ciencia y la tecnología, la desigualdad está presente hasta en el que construye su trabajo, contribuye al estado y genera empleo.
Una pyme del interior de Catamarca, La Rioja, Chaco o Formosa, por nombrar a las provincias más humildes de la región norte, impositivamente el estado las mide con la misma vara que al conjunto, incluso con las grandes empresas. Me pregunto…por qué una gran empresa de capitales multinacionales e incluso con sucursales o actividad en distintos países, reciben la permanente ayuda de los gobiernos y hasta hoy están recibiendo pagos de empleados, créditos y ayudas al 100%, acaso no son empresas con respaldo financiero, no debería ser que esa ayuda sea destinada a las pymes que generan más actividad económica y en el conjunto más empleo que las grandes empresas, salvemos a los grandes y que los chicos hagan lo que puedan. Pero a la hora de contribuir, pagamos el mismo IVA, ganancias, aportes patronales, ingresos brutos y los más de 160 impuestos y tasas municipales que una pyme termina asumiendo como costos, al igual que una gran empresa, pero no cotizamos en bolsa, ni compramos bonos, ni fugamos dólares, solo invertimos nuestros pesos en este país, confiamos en Argentina surfeando cada crisis.
No obstante por la crisis sanitaria y económica, el gobierno nos invita a reconvertirnos, y como siempre las pymes al pie del cañón en la batalla, nos reconvertimos pero, nadie nos defiende de la importación, el mismo estado permite el ingreso de productos que se están fabricando actualmente con inversión argentina en plena crisis a competir en otra desigualdad con productos chinos, y si faltaba poco, el estado adquiere 5 máquinas automáticas de china para la fabricación de barbijos, lo cual impide el acceso libre para proveerse de insumos para fabricación del producto ya que esas máquinas necesitan ser abastecidas. No solo nos encontramos compitiendo con el contexto económico, trabajando a medias, compitiendo con la importación, sino también con el estado. En este país podrán cambiar los gobiernos pero jamás el modelo, todo sigue igual, 210 años sin valorar la industria nacional, cada año que pasa la industria se desgasta y cada vez quedan menos. Es momento que tomemos la bandera de la Industria Nacional Argentina y pidamos las reformas legislativas que necesitamos para ponernos en valor, nueva Ley Laboral, nueva Ley Impositiva que diferencie las regiones Argentinas, Ley de compre Nacional, nueva Ley de Entidades Financieras, Ley de Protección a la Industria Nacional.
Si entre todos usamos el sentido común, forjemos un país simétrico, con igualdad y veremos como cambiamos pobreza por riqueza y emergente por potencia.
*Presidente de la Unión Federal PYME
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