Estados Unidos anunció este domingo un nuevo ataque naval en el océano Pacífico que terminó con la destrucción de una embarcación y la muerte de tres hombres a los que calificó como “narcoterroristas”. El operativo, realizado el sábado, forma parte de la creciente ofensiva militar que el gobierno de Donald Trump despliega en el Caribe y el Pacífico bajo la denominada Operación Lanza del Sur.
El Comando Sur informó que el ataque fue ordenado por el secretario de Guerra, Pete Hegseth, y ejecutado por la Fuerza de Tarea Conjunta Lanza del Sur. Según el comunicado difundido en redes sociales, la lancha navegaba en aguas internacionales del Pacífico Oriental presuntamente transportando drogas. No se precisó la nacionalidad de las víctimas. “Tres narcoterroristas varones murieron. El buque traficaba estupefacientes y fue atacado en aguas internacionales”, puntualizó el mensaje oficial.
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Desde septiembre, Washington lleva destruidas más de veinte embarcaciones en la región, todas señaladas por actividades de narcotráfico. En esos operativos, al menos setenta personas murieron de forma extrajudicial, un dato que ya generó fuertes cuestionamientos de organizaciones de derechos humanos y preocupación en varios países de la región. Entre ellos, Venezuela y Colombia, que temen que la escalada naval pueda derivar en una eventual incursión terrestre estadounidense.
Nuevo ataque en el Caribe
El nuevo ataque coincidió con otro movimiento de alto impacto: el ingreso al Caribe del portaaviones USS Gerald R. Ford, el más grande y moderno de la flota estadounidense. El almirante Alvin Holsey, jefe del Comando Sur, anunció su llegada con un comunicado en el que reafirmó el objetivo de “combatir las amenazas transnacionales que buscan desestabilizar la región”. El Gerald R. Ford se sumará a la Unidad Expedicionaria 22 a bordo del USS Iwo Jima como parte de la operación militar “Southern Spear”.
El despliegue, uno de los más importantes de los últimos años en el Caribe, responde a directrices de Trump para intensificar la lucha contra organizaciones criminales transnacionales. “El equipo de ataque del USS Gerald R. Ford representa un paso crítico para reforzar nuestra solución de proteger la seguridad del hemisferio occidental”, enfatizó Holsey.
Portaaviones en el Pacífico
El portaaviones, que puede transportar 4.500 tripulantes y 70 aeronaves, es considerado por el Pentágono como la plataforma de combate más poderosa del mundo. Con más de 335 metros de largo, propulsión nuclear y sistemas avanzados de catapultas electromagnéticas y radares, simboliza la apuesta de Estados Unidos por una demostración de fuerza en un área de creciente tensión. Incluso ha superado pruebas de choque en 2021 que lo certifican para operar bajo condiciones extremas.
En paralelo, continúan los operativos de destrucción de embarcaciones en el Caribe y el Pacífico Oriental, en los que la mayoría de los tripulantes mueren durante los ataques. Aunque Washington insiste en que son acciones destinadas a “desmantelar organizaciones narcoterroristas”, varios gobiernos latinoamericanos temen que este despliegue sea el preludio de un involucramiento militar más directo en la región.
La llegada del Ford también avivó fricciones diplomáticas. Trinidad y Tobago confirmó que la Marina estadounidense realizará ejercicios conjuntos con su Fuerza de Defensa, en medio de un clima enrarecido tras el atraque en Puerto España del destructor USS Gravely, equipado con misiles guiados. Venezuela reaccionó con cautela pero advirtió que la presencia militar estadounidense tan cerca de sus aguas constituye una “provocación”.
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