Por Jennifer Llamus
En el intricado tejido de nuestras experiencias diarias, hay ocasiones en las que la línea entre el pasado y el presente se desdibuja, dando paso a un fenómeno fascinante: el déjà vu. Este misterioso y, a veces, inquietante sentido de familiaridad ha desconcertado a la humanidad a lo largo de los siglos, desatando teorías y especulaciones sobre la naturaleza de la memoria y la percepción.
Desde la literatura hasta el cine, el déjà vu ha sido una fuente inagotable de inspiración. Películas como "The Matrix" han explorado la idea de que el déjà vu puede ser un indicador de una alteración en la realidad.
Pero, ¿qué es un déjà vu y por qué sucede? El origen de la expresión nace en Francia del término "ya visto" y hace referencia a la extraña sensación de que algo de lo que se está viviendo ya pasó antes, aunque resulte imposible.
El psicólogo Edward B. Titchener, en su obra: Un libro de texto de Psicología (1928), explica el déjà vu como causado por una persona que tiene una breve visión de un objeto o situación, antes de que el cerebro haya terminado de construir una percepción consciente total de la experiencia. Esa percepción parcial, más tarde se traduce en una falsa sensación de familiaridad.
Enfoques científicos rechazan la explicación del déjà vu como “precognición” o “profecía”, sino, más bien lo explican como una anomalía de la memoria. Esta explicación se apoya en el hecho de que el sentido de recuerdo en el momento es fuerte en la mayoría de los casos, pero que las circunstancias de la experiencia anterior (cuándo, dónde y cómo ocurrió la misma) son inciertas o se consideran imposibles de conocer.
A pesar de los años dedicados a su investigación, aún no existe un consenso claro sobre su origen, y algunos siguen sosteniendo que el déjà vu es resultado de una interrupción momentánea en la transferencia de información en el cerebro, mientras que otros creen que podría estar relacionado con la forma en que almacenamos y recuperamos recuerdos.
Los expertos señalan diferentes variedades dentro del Déjà vu dependiendo del tipo de vivencia:
Déjà vécu o ya vivido: Es el más común, ya que está relacionada con sentir que una experiencia o situación ya fue vivida en el pasado.
Déjà sentí o ya sentido: Se trata de un episodio mental que no requiere de aspectos precognitivos.
Déjà visité o ya visitado: Es el menos frecuente de los tres y remite a la sensación de ya haber estado o de conocer un lugar. Por ejemplo, se da al ir de vacaciones a un destino nuevo y sentir que es un sitio ya conocido.
Muchos de nosotros hemos experimentado el déjà vu en algún momento de nuestras vidas. ¿Cómo afecta esta sensación a nuestra percepción del tiempo y del mundo que nos rodea? Al examinar las experiencias personales de aquellos que han experimentado el déjà vu, podemos descubrir patrones y similitudes que podrían ofrecer pistas sobre su naturaleza. ¿Es el déjà vu un simple truco de la mente o una señal de dimensiones desconocidas?
No tengo pruebas, pero tampoco dudas que aunque el déjà vu sigue siendo un enigma, su presencia en la cultura, la ciencia y nuestras vidas diarias es innegable. Este fenómeno nos desafía a cuestionar la naturaleza de la realidad y la memoria, recordándonos que, incluso en el mundo científico moderno, hay misterios que aún esperan ser desentrañados. La próxima vez que sientas esa familiar sensación de haber estado antes en un lugar o vivido un momento, recuerda que el déjà vu es un recordatorio de la complejidad y maravilla de la mente humana.
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