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Opinión

El constelador en Constelaciones Familiares

En esta oportunidad me interesaría abordar el tema de quien es y cuál es la figura de El Constelador, dentro de las Constelaciones Familiares.
Lic. Amanda Carrara - Mtra. en Psicología Sistémic

Por Lic. Amanda Carrara - Mtra. en Psicología Sistémic

Escribir al respecto de que es un constelador, ya me moviliza pues he tenido la exigua y desagradable experiencia de estar con consultantes que me hicieron comentarios al respecto de sugerencias de otros consteladores a los cuales habían consultado.

Vale aclarar que cada constelador tiene una manera especial, tanto como su personalidad, de hacer las intervenciones y las constelaciones a nivel grupal como individual, aunque hay ítems que todo constelador debe respetar y límites que no se pueden, bajo ningún tipo o argumentación, intervenir ni transgredir.

Un constelador debe acompañar al consultante a ver lo que está habilitado a ver, porque desde el inconsciente, el cliente muestra muchas situaciones no resueltas que pueden provenir, en su mayoría, de su propio clan transgeneracional y otras pocas de su vida personal. El constelador deberá por lo tanto abordar el tema que al consultante lo moviliza a resolver y lo manifiesta como tal. Desviar hacia otro conflicto u otra situación no resuelta es una completa irresponsabilidad, primero porque el consultante no ha solicitado eso, segundo que es muy probable que el consultante no lo pueda ver, porque el inconsciente en la mayoría de los casos protege al consciente de mirar algo que provoque mucho dolor que posiblemente en ese momento el consultante no está disponible para resolver y lo más peligroso es que al no poder dar el cierre correcto, esa constelación queda, por así decirlo, abierta, como una herida abierta para lo cual no se otorgaron estrategias ni herramientas para curar y sanar.

Hay personas que se dedican a las constelaciones familiares sin estar debidamente certificadas, lo hacen como un complemento de otras actividades como tarot, reiki, yoga, terapia con cristales, etc. y que no se han certificado en ningún centro que avale dicha práctica. Que quede debidamente claro que no estoy en contra de que un profesional tenga conocimientos de otras terapias o disciplinas y que sumen a ellas las constelaciones familiares, pero deberían hacer una clara distinción entre unas y otras y que su ejercicio profesional esté debidamente avalado y certificado por una institución habilitante.

Así como cuando a la persona se le detecta una anomalía en el corazón, averigua e investiga cual es el profesional capacitado e idóneo en el tema cardiológico, de la misma manera debería hacerlo cuando de Constelaciones se trata.

Yo misma soy una amalgama de búsquedas incansable, después de titularme como Terapista Ocupacional en la que tuve una fuerte impronta psicoanalítica que a la hora de ejercer mi profesión me invadía la angustia, que me llevaba por ende a la inseguridad en la manera y en el modo de trabajar con el paciente. Porque una cosa era hacerlo en las prácticas clínicas como una asignatura en la universidad, en la cual estaba siendo guiada, supervisada, contenida y protegida por una institución y otra muy diferente es estar sola, en tu consultorio, con el único respaldo de los propios saberes, y que no estaba abordando una patología rotulada por otro profesional, sino mirando un paciente con determinada patología, que era muy diferente a otro con el mismo diagnónstico y sin embargo con ambiciones y motivaciones diferentes, donde las propuestas en lo que a actividades se refiere eran completamente distintas. Este hecho me llevó a una crisis, a romper con paradigmas estudiados, que los vivenciaba como inútiles para mi personalidad y por consiguiente al ejercicio profesional.

En aquel entonces se me vino a la mente una profesora psicóloga con la que había tenido varias asignaturas y averiguando logré comunicarme con ella y solicitarle un turno, recuerdo ese día cuando Marily me recibió en su consultorio y con tanta amabilidad y cariño me escuchó todas mis lamentaciones, miedos, y temores centrados en el “daño” que podría provocar… ella pacientemente me escuchó y con certeza milimétrica su frase fue directo a mi corazón, si, al corazón, no a la razón. “Evidentemente no sos para el psicoanálisis, tu lineamiento es otro diferente…” y puso en mis manos un libro “El hombre en busca del sentido” de Víctor Frankl esa fue la puerta que se abrió a una nueva manera de ver, trabajar y amar mi profesión. Desde aquel entonces comencé a tomar cursos en la SAL (Sociedad Argentina de Logoterapia) asistir a congresos, seminarios, hasta tuve la oportunidad de conocer personalmente a Elizabeth Lukas, una alumna dilecta de Víctor Frankl, como también a su nieta, considero que en esta etapa de mi vida me he nutrido de la fuente a lo que en logoterapia se refiere, certificándome en varias instituciones, incluso en los seminarios impartidos por la Universidad Kennedy en Bs. As.

Luego al transcurrir el tiempo incursioné en la PNL como también en Control Mental asistiendo a muchos seminarios y congresos, incluido uno en Tucumán que lo impartiera el sobrino de José Silva creador del método, certificándome como instructora, luego entre todo esto cursaba módulos para la licenciatura en Terapia Ocupacional, título que me sirvió con el tiempo para ingresar y egresar en la Maestría en Psicología Sistémica en la Universidad multicultural del CUDEC en México.

Todo me ha llevado y conducido a lo que luego conocería como Constelaciones Familiares, mi primer encuentro fue nada más ni nada menos que en una convivencia en el Hotel San Lorenzo, Salta, evento que duraba tres días, con actividades que iban de 10 a 13 hs y de 16 a 21 hs, muchas inentendibles para mí, donde pasaban cosas totalmente extrañas y escapaban a todo entendimiento, luego de esa experiencia quedé intrigada y junto a mi esposo viajamos a Bs As a participar de varios talleres hasta que la Dra Cristina Llaguno me hace una propuesta insólita, ingresar a la formación, que aunque no me dedicara nunca a eso, por lo menos trabajaría en mayor profundidad mis asuntos pendientes.

Tomamos esa propuesta y viajando una vez al mes, cursando tres días durante casi 4 años de formación, nos certificamos como consteladores, avalados por el centro Internacional Reconciliar, mientras que también durante esos 4 años asistimos a congresos con Bert Hellinger en ciudad de México y a Bad Reichenhall, Alemania, donde se realizaban seminarios de formación avanzada con Bert Hellinger.

Asimismo, he tenido la oportunidad de haber asistido a un seminario de Biodecodificación con Christian Flèche, pero lejos estoy de poderme considerar biodecodificadora, es muy interesante el tema, pude indagar en él, pero había otra cosa que me cautivó más

Como verán el camino ha sido largo, entretenido, lleno de valiosas oportunidades y aportaciones que fui amalgamando unas con otras, no veo nada malo en ir sumando experiencias y formación, el tema es cuando en ese camino damos lugar a la confusión, a que en un momento dado no se distinga si se está utilizando las cartas de tarot para una función adivinatoria o de constelación. O lo que es peor aún, que el cliente no pueda discernir que está haciendo el profesional, constelaciones, logoterapia, PNL, biodecodificación y poder así tener la claridad de con que herramientas está trabajando y/o seleccionar con la que más cómodo se sienta el consultante, sin necesidad de que la confusión se haga presente para ninguno de los dos.

En mi caso en particular, me identifico como Consteladora Familiar, aunque tenga saberes de otros lineamientos, técnicas, escuelas, etc. porque muchas de ellas han quedado en el pasado y colaboraron valiosamente a ser lo que soy y ofrecer el servicio al que hoy me dedico.

Y ¿cuál sería el trabajo de un constelador? Es el de hacer una lectura responsable y competente de todo cuanto sucede en el “campo de conocimiento” por lo cual debe estar debidamente preparado, capacitado y habilitado para ejercer éste rol, ya que en la mayoría de los casos hay que hacer una lectura genealógica, fenomenológica y sistémica de una manera conjunta para “develar” donde y en qué momento se ha originado lo que hoy se manifiesta como “conflicto” y desplegar las estrategias y herramientas necesarias para una solución que pueda ser mirada por el consultante y así cobrar sentido en su vida.

En lo que a Constelaciones familiares se refiere, sin consultante ni conflicto es imposible que exista una constelación, por consiguiente los imprescindibles para que esto suceda es la presencia del consultante que manifieste el problema a resolver y el CONSTELADOR, en éste último radica la compleja lectura para colocar en palabra desde el inconsciente y acompañar al consultante para que haga consciente, aquello que hasta el momento estaba en el inconsciente, este movimiento debe ser lento, firme, amoroso y contenedor, las emociones que se hagan presente en el consultante las deberá diferenciar, para poder acompañar correctamente, a veces con frases sanadoras, que fortalezcan al consultante mirando la situación desde una comprensión compasiva, aceptando lo que fue sin juicio, para poder conciliar o reconciliarse con aquello que no le permitía avanzar, y solo así poder soltar y dejar en el pasado aquello que no le corresponde y lograr así un sentimiento de liberación.

Por último, les dejo una frase que la suelo repetir una y otra vez a nuestros alumnos en la formación, Nadie puede hacer lo correcto, desde el lugar incorrecto, y cando la confusión se hace presente lo primero es detenerse, porque las decisiones o determinaciones que se tomen no serán las correctas y así no se puede pretender alcanzar el éxito.

CONSTELACIONES

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