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Opinión VOCES

Los largos confinamientos por el Covid-19 le pasan factura a la economía china

En 2022 su economía creció 3%. Si se exceptúa la cifra de 2020, año en el que bajó un 2,2% debido al impacto inicial de la pandemia, el dato resulta el más pobre desde finales de los años 70.

En 1989 la brutal represión en la plaza Tiananmen dejó a los chinos despolitizados y con temor. A tal punto estaban anestesiados que no les llegó ni siquiera una pequeña ola del tsunami producido por las revueltas de la Primavera Árabe de 2011.

Se olvidaron de la democracia, dejaron el país en manos de la elite del Partido Comunista y confiaron en que recibirían al menos una cuota de libertad económica. Los excesos cometidos con la política Cero Covid, sin embargo, despertaron a una nueva generación que comenzó a darse cuenta de su fuerza.

Para echar más nafta al fuego, las televisiones chinas recibieron en directo las imágenes que llegaban de la Copa del Mundo de fútbol de Qatar 2022 con miles de aficionados de todo el planeta disfrutando del espectáculo sin máscaras. De nada sirvieron los tres años de propaganda estatal en favor del encierro, las pruebas mostraban que el mundo democrático y occidental ya había superado la pandemia y vivía de forma normal.

Apuesta de Xi Jinping

La apuesta que Xi Jinping perdió en todo el país, fue la de convertir la política de Cero Covid en una prueba de lealtad, porque ello significó politizar la pandemia. Al imponer su Estado autoritario e inflexible en todos los hogares produjo un descontento general que se vio agravado con la crisis económica derivada de los largos confinamientos.

Desde el inicio de la crisis sanitaria, el número de vuelos nacionales en China se redujo un 45%, el traslado de mercancías por carretera un 33 %, y el transporte urbano un 32%. El desempleo juvenil urbano alcanzó picos del 18%, duplicando las cifras de 2018.

En el rubro inmobiliario, el comienzo de nuevos proyectos bajó un 45% en julio de 2022 con relación al mismo mes de 2021. En la comparación del mismo período, la venta de viviendas descendió 33% y la inversión inmobiliaria un 12%.

Los posibles compradores de vivienda se fueron del mercado. Mucho más preocupantes, sin embargo, son los millones de personas que esperan, a menudo durante años, casas por las que ya han pagado. Solo se ha entregado el 60% de las viviendas que se vendieron en preventa entre 2013 y 2020.

No es suficiente el plan de rescate del gobierno en este escenario: el programa de préstamos de u$s29.000 millones alcanza solo para el 10% de lo que se necesita para completar todas las casas sin terminar del país.

Efecto en la economía

Es lógico entonces que el pueblo haya salió a las calles a enfrentar el duro aparato represor de Xi Jinping. Le coartaron la libertad, pero también le afectaron el bolsillo.

Los datos saltan a la vista, en 2022 China reportó que su economía creció 3%. Si se exceptúa la cifra de 2020, año en el que rebajó al 2,2% su crecimiento debido al impacto inicial de la pandemia, el dato de 2022 resulta el más pobre desde finales de los años 70.

En marzo de 2022, Pekín puso como objetivo que el PBI creciese alrededor del 5,5% interanual, que ya hubiera sido el ritmo de avance más lento en décadas pero que los analistas calificaron de ambicioso dado el contexto.

No obstante, frente a la propagación de la contagiosa variante ómicron, las autoridades insistieron en redoblar su política de Cero Covid con más restricciones y duros confinamientos que explican la pobre cifra de crecimiento final.

Daron Acemoglu, uno de los diez economistas más citados del mundo y coautor, junto a James Robinson, del libro “Por qué fracasan los países”, asegura que China ya empezó a declinar y se está “pudriendo desde la cabeza”.

El catedrático del Instituto Tecnológico de Massachusetts cuestionó, en un artículo publicado en el sitio Project Syndicate, “la capacidad de China de mantener su crecimiento e innovación, por haber llegado a un límite de lo que un país puede desarrollarse bajo condiciones tan restrictivas como las del régimen que lidera el presidente Xi Jinping”.

(*) Autor del libro “El Hambre del dragón. El plan de China para comerse al mundo”. Editorial De los Cuatro Vientos, 352 páginas.

CHINA COVID-19

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