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Opinión

“Mi hijo se enferma constantemente”: la necesidad de cambiar el estilo de vida

Un niño que no lleva un estilo de vida saludable, seguramente tendrá una mayor predisposición a enfermarse y las enfermedades tendrán mayor severidad.
Roxana Anahi Timo

Por Roxana Anahi Timo

Sabemos que los niños son naturalmente sanos y normalmente asisten a su pediatra para control regularmente, pero hoy es cada vez más común entre los padres comentar que su hijo “se enferma constantemente”.

Las afecciones que aquejan a niños y adolescentes en la actualidad son muy diversas: alergias, infecciones recurrentes, problemas digestivos, ansiedad, cansancio, falta de energía, bajo rendimiento escolar. Incluso podemos afirmar que se está viendo con gran preocupación la presencia de afecciones propias de la etapa adulta entre niños y adolescentes, el ejemplo más clásico es la diabetes tipo 2. Esta situación está íntimamente relacionada con el estilo de vida que actualmente vemos en la mayoría de niños y jóvenes. Durante la pandemia, algunos hábitos como trasnochar, sobreexponerse a pantallas o el sedentarismo, llegaron para quedarse.

Es cada vez más común encontrar niños que se quedan despiertos hasta tarde, que comen constantemente y todo el día comida chatarra, no juegan ni realizan actividad física, están ansiosos o deprimidos, encerrados, sobre cargados por tareas escolares o que viven todo el día frente a una pantalla. Estas situaciones podrían evitarse trabajando el desarrollo de hábitos saludables en la infancia.

Un niño que no lleva un estilo de vida saludable, seguramente tendrá una mayor predisposición a enfermarse, las enfermedades tendrán mayor severidad, será mayor su período de recuperación o tendrá una expectativa de salud pobre, debido a la presencia de una o varias enfermedades crónicas ya instaladas. En todas las etapas de la vida, incluso en la infancia, los hábitos constituyen la base de la salud

La salud es un estado que va mucho más allá de la ausencia de enfermedades: el bienestar y la calidad de vida están estrechamente relacionados con el estilo de vida que llevan las personas.

Estos hábitos no solo se construyen en la infancia, si no intervenimos de alguna manera, nuestro legado serán futuras generaciones con una salud pobre y muy bajo nivel de bienestar.

Si bien existe una bioindividualidad y una carga genética que todos traemos, ningún niño está condenado a vivir enfermo. Si bien todos traemos una carga genética, ciertas enfermedades “heredadas” no siempre se expresan. Esto se debe a que los factores epigenéticos modulan la expresión de las enfermedades, pudiendo apagar o silenciar ciertos genes o activar la expresión de genes protectores.

La epigenética es una disciplina que estudia cómo se expresa la genética en función de los factores del medio ambiente y el estilo de vida de las personas. Estos son principales factores epigenéticos y los que más impactan en la salud, en orden de importancia:

1. NUTRICION: alimentación racional e inteligente debe cumplir esta premisa. Lamentablemente, los niños se encuentran demasiado expuestos a productos ultraprocesados y los padres eligen este tipo de alimentos, priorizando las preferencias del niño, a una buena nutrición de su hijo.

2. SUEÑO: acostarse temprano es clave para que los niños tengan un sueño reparador y se levanten llenos de energía al día siguiente. Si los padres permiten que sus hijos desarrollen el hábito de trasnochar, esto generará serias alteraciones en su eje neuro endócrino y metabolismo, el organismo no repara adecuadamente y esto empobrece la salud.

3. MOVIMIENTO: Un niño debe vivir en movimiento y los padres necesitan promover este hábito. Los deportes y la actividad física al aire libre, caminar más, usar las escaleras, realizar tareas en la casa. La ausencia de movimiento nos enferma, tanto a niños como adultos.

4. RELAJACION: los niños necesitan aprender estrategias para la gestión emocional y del stress, que les permitan desarrollar la autorregulación, una sólida autoestima y reducir su nivel de ansiedad. Los niños vivencian la vida a través del universo emocional de sus padres, de manera que el stress y la ansiedad de sus padres impactan notablemente en su salud física y mental.

5. CONTACTO CON LA NATURALEZA: Los niños necesitan el contacto con la naturaleza para mantener su salud, desarrollar una microbiota diversa, reducir su nivel de stress, respirar aire puro y exponerse al sol. El contacto con la naturaleza favorece en todo sentido la fortaleza física y mental.

6. TOXICOS AMBIENTALES: si bien la mayor fuente de sustancias químicas nocivas para los niños proviene de los alimentos ultraprocesados, la intoxicación crónica con metales pesados y otros tóxicos ambientales es un tema preocupante en la población infantil. Los tóxicos ambientales pueden encontrase en el aire, el agua, la tierra, en los alimentos e incluso, en el hogar. Es clave evaluar posibles fuentes en el entorno que rodea al niño.

Los principales factores epigenéticos, citados previamente, se relacionan con los hábitos cotidianos de los niños y adolescentes. Son acciones que ellos repiten sin demasiada consciencia, día tras día, y que terminan generando un impacto a largo plazo en su salud.

La crianza modela el estilo de vida de cada niño y sus hábitos estarán muy influenciados por el estilo de vida de sus padres y cuidadores. Sin un estilo de vida saludable, no hay salud posible.

La autora es Médica Pediatra (M.N. 88.956) Health Coach

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