
El obispo de La Rioja, Dante Braida presidió la misa por el Jubileo de los Trabajadores, organizado por la Pastoral Social de La Rioja junto a las Organizaciones de la Sociedad Riojana. Fue en Patquía, donde el representante de la Diócesis habló sobre la celebración de esta fecha. “Lo hacemos poniendo los ojos fijos en Jesús que quiso ser reconocido como carpintero de Nazaret o como el “el hijo del carpintero”. Gran parte de su vida la transcurrió en su familia y el ámbito de trabajo manual, junto a su padre, san José, carpintero de oficio, para iniciar luego su trabajo de instaurar el Reino de su Padre. Decía “mi Padre trabaja… y yo también trabajo” (Jn 5,17) reconociendo ser un trabajador pleno junto a su Padre”, informó.
“Celebramos este jubileo sintiéndonos unidos a todos los trabajadores de la provincia de La Rioja: los agricultores y productores de ganado, los docentes, obreros de fábricas, cosecheros, comerciantes, industriales, personal de la salud y la educación, trabajadoras domésticas, empleados públicos, trabajadores de la economía popular, y tantos más. También unidos a quienes no tienen trabajo, están desocupados en búsqueda de una oportunidad. Rezamos por ellos especialmente en este día. Celebramos este Jubileo en el marco de la sentida partida del Papa Francisco quien trabajó incansablemente para que se cuide y respete la dignidad del trabajador. Especialmente se unió tantos trabajadores que están en situación de precariedad. En este sentido una de las banderas que levantó Francisco fue: “Tierra, Techo, Trabajo” animando a los Movimientos Sociales a trabajar por los derechos fundamentales de las persona”. aseveró.
“El trabajo libre: “La verdad del trabajo significa que el hombre, prosiguiendo la obra del Creador, hace que el mundo reencuentre su fin. Ser obra de Dios que, en el trabajo cumplido, encarna y promulga la imagen de su presencia en la creación y en la historia del hombre”. Sin embargo, “demasiado a menudo, el trabajo está bajo la opresión a diferentes niveles: del hombre sobre el hombre; de nuevas organizaciones esclavistas que oprimen a los más pobres; en particular, muchos niños y muchas mujeres sufren una economía que obliga a un trabajo indigno que contradice la creación en su belleza y en su armonía”. Por tanto, “debemos hacer que el trabajo no sea instrumento de alienación, sino de esperanza y de vida nueva”. Podemos pensar hoy en La Rioja, el trabajo ¿permite que viva en mayor libertad o me termina haciendo vivir en una dependencia que no me permite crecer? Es fundamental poder emprender nuevas iniciativas laborales, o participar con libertad de organizaciones que busquen generar trabajo digno y honesto”, destacó.
“El trabajo creativo: En este punto trata sobre la originalidad que tiene todo trabajo y las propias personas que lo realizan. Esto puede suceder “cuando se le permite al hombre expresar en libertad y creatividad algunas formas de empresa, de trabajo colaborativo desarrollado en comunidad que permitan a él y a otras personas un pleno desarrollo económico y social”. “No podemos cortar las alas, a quienes tienen tanto que dar con su inteligencia y capacidad; en particular a los jóvenes es necesario quitar lo que les impide entrar a pleno derecho y cuanto antes en el mundo del trabajo”. Teniendo en cuenta nuestra realidad ¿Cuánto permiten nuestro trabajos de hoy aportar de modo creativo lo que sé, mis inspiraciones, lo original de mis ideas? Cada uno de nosotros somos valiosos y originales, por tanto tenemos algo o mucho que aportar en la realización de nuestras tareas. Por eso necesitamos organizaciones que permitan la contribución de cada miembro. Empresas o emprendimientos laborales que favorezcan el aporte original de sus miembros”, acotó.
“El trabajo participativo: Hace referencia a la capacidad del hombre “para incidir en la realidad”. “El ser humano está llamado a expresar el trabajo según la lógica que les es propia, la relacional, esto es, ver siempre en el fin del trabajo el rostro del otro y la colaboración responsable con otras personas”. Por eso, “allí donde a causa de una visión economicista se piensa en el hombre en clave egoísta y en los otros como medio y no como fin, el trabajo pierde su sentido primario de continuación de la obra de Dios, obra destinada a toda la humanidad para que todos puedan beneficiarse”. En nuestras realidades: ¿podemos trabajar de modo participativo, en relación respetuosa con otras personas? ¿Tenemos en cuenta que en la finalidad de todo trabajo hay personas que se benefician?”, se preguntó.
“El trabajo solidario: Ante la situación generalizada de desempleo y de gente que busca trabajo, se necesita “dar una respuesta”. Primero “se les debe ofrecer la propia cercanía, la propia solidaridad” y su propia Organización pueden ser lugar “de acogida y de encuentro””, añadió.
“En este sentido cuán valiosas son las instancias organizadas para acompañar a quien está sin empleo. Las organizaciones sociales, la propuesta de una economía alternativa que incluya a los descartados del sistema, son esenciales en una sociedad sana. Podemos preguntarnos: ¿Cómo están hoy nuestras organizaciones o movimientos sociales? ¿Tienen en cuenta, en primer lugar, incluir a los que están al costado del camino? Los demás sectores sociales y del Estado ¿trabajan por nuevas políticas públicas que pongan en el centro la generación de trabajo digno? ¿Lo hacen escuchando y dando participación a los mismos trabajadores?”, rescató.
“Por esto queridos hermanos, estamos reunidos hoy aquí celebrando con alegría y esperanza esta jornada por el día del Trabajador en pleno año de Jubileo. Esta misa quiere aportar a un mundo distinto, por eso fue organizada con distintas organizaciones sociales y con diversas áreas de la pastoral Social. Lo hacemos porque queremos poner todas nuestras vidas y trabajos en manos de Dios y porque necesitamos su ayuda indispensable. Sabemos que unidos a Dios, somos más libres, creativos y solidarios y podemos construir una sociedad más participativa. Y podemos ayudarnos de un modo más concreto en nuestras necesidades y también compartir sueños para realizarlos juntos”, resaltó.
“Así, entre todos, de modo participativo tenemos que trabajar y hacerlo del mejor modo, como nos decía la primera lectura: “Cualquiera sea el trabajo de ustedes, háganlo de todo corazón, teniendo en cuenta que es para el Señor y no para los hombres. Sepan que el Señor los recompensará, haciéndolos sus herederos.” Damos gracias a la Parroquia de Santa Rita, al P. Miguel La Civita, que hoy nos reciben y abren las puertas de este templo santo para celebrar esta Eucaristía y recibir la gracia de las indulgencias”, concluyó.
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