Momentos de desesperación se vivió el martes cerca de las 20.30 en una vivienda de barrio Ampliación Cabildo, de la ciudad de Córdoba.
La mamá de una parturienta llamó al 911 para pedir asistencia, ya que su hija, de 18 años, estaba por dar a luz.
De inmediato, la policía Vanesa Patiño, quien atendió la urgencia del 911, calmó a la mujer y la guió para que pueda recibir a su nieta, mientras el servicio de emergencias se trasladaba hasta la zona.
“¿Está con trabajo de parto?”, preguntó Patiño. “Sí”, respondieron. “Quedate tranquila, no me cortes. Agarrá una sábana que tengas a mano para recibir al bebé”, le indicó la operadora y agregó: “Fíjate si está coronando, si está la cabecita afuera”.
La “futura abuela” le dijo que no y alertó que las contracciones de su hija eran “cada dos segundos”.
“Cuando le agarren las contracciones abrí las piernas y fíjate en la parte vaginal si se ve el bebé”, guió Patiño, a lo que la mujer replicó: “Hay algo blanco”,
“Es la bolsa del bebé, vas a tener que romperla. No utilicen tijeras ni nada. Simplemente con el dedo y cuando tenga una contracción que puje”, indicó la policía. Y añadió: “Que una persona le apriete la panza, entre las mamas y la panza”.
Acto seguido, y ante la presencia de los policías que ya habían llegado a la vivienda de barrio Ampliación Cabildo, se escuchó un llanto.
“Salió, es una nena”, dijo la abuela. “Gracias a Dios”, replicó la agente y dejó que continúen con el operativo sus compañeros..
Se supo que la madre y su beba fueron trasladadas a la Maternidad de la Policía para control.
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