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Sociedad

Un hombre lleva un mes y medio preso en Jujuy por publicar un tuit sobre la mujer de Gerardo Morales

Nahuel Morandini sugirió que la esposa del exgobernador le era infiel y está acusado de delitos que podrían sumar 8 años de cárcel; también detuvieron a otro hombre por posteos en Facebook

Marcelo Nahuel Morandini cumple hoy 48 días preso en una cárcel de Jujuy. Ingeniero ambiental y profesor de la Universidad de Salta, está acusado de dos delitos que, sumados como pretende la fiscalía, lo pueden dejar en prisión hasta ocho años: lesiones psicológicas y alteración de la identidad de una menor.

Según el fiscal, Morandini, con un tuit que publicó, puso en duda la fidelidad de Tulia Snopek, la mujer del exgobernador Gerardo Morales, cuestionó su “dignidad” y la de su marido, y así “sembró el virus” que hizo que en las redes sociales se propagaran mensajes que sostienen falsamente que Morales podría no ser el padre biológico de la hija de dos años que tiene con Snopek.

El tuit por el que fue arrestado y está a un paso de ir a juicio, dice: “Hace ya varios años que en Jujuy se hace el carnaval de los tekis (una estafa en la que caen los turistas). Pero este año no se hace. Y todo parece que es porque uno de los tekis le enseña a tocar la quena a la mujer del ex gobernador. Imposible aburrirse en kukuy”.

Según el fiscal Hugo Walter Rondón, de la Fiscalía Especializada en Delitos Económicos y contra la Administración Pública Nº 1 de Jujuy, las víctimas de Morandini son la mujer del exgobernador, que sufrió un “serio estrés” por los rumores que se difundieron en la web, y la hija de ella y de Morales. “Se perturbó el estado civil de una persona totalmente inocente, generándole un daño que es prácticamente imposible resarcir”, dijo el fiscal, en alusión a la niña, el 5 de enero pasado, en la primera audiencia con los acusados de la causa (a cuyo registro fílmico accedió LA NACION). En esa audiencia, el fiscal explicó los motivos del arresto de Morandini, que había sido horas antes. “La virginidad existencial de una menor de dos años no se puede reparar, será una querella, pero el daño es irreparable”, afirmó. Ese fue un motivo central para sostener que Morandini no podía recuperar la libertad.

El tuit en cuestión fue publicado el 26 de diciembre pasado. Según la fiscalía, ese día empezó un proceso de la viralización. “Uno tira la piedrita y el vidrio se rompe en mil pedazos”, sostuvo Rondón. En este caso, para la Justicia, la piedra la tiraron al menos dos personas porque Morandini no es el único detenido: también fue arrestado, en simultáneo, Humberto Roque Villegas. Los dos siguen presos por orden del juez de la causa, Pablo Pullen Llermanos.

La fiscalía anunció además que el plan es que las detenciones continúen. Advirtió que apunta, sobre todo, a quienes reprodujeron fotos de la hija de Morales junto con leyendas sobre la supuesta sospecha de infidelidad. También estarían buscando a la autora de un audio, que se viralizó por WhatsApp, que daba por cierta esa relación prohibida y decía que obligaría a Los Tekis a cambiar sus planes para el carnaval de este año.

Como una prueba para la causa, la querella presentó un informe psicológico sobre Snopek, que sostuvo que ella mostraba, entre otros síntomas, una “falta de energía psíquica y disminución de su voluntad”, con un “estado emocional displacentero de tensión, tristeza y angustia” y que “a nivel cognitivo” denotaba “una disminución en cuanto a su capacidad para concentrarse”, sumado a “un mecanismo defensivo de aislamiento”.

Morandini y Villegas no se conocían. Morandini –que tuiteaba como “El Morondanga”- tiene 45 años, está casado y es padre dos hijas, de 4 y 8 años. Con su mujer, Lucía Castro Olivera, que es antropóloga, participó de las marchas contra la reforma constitucional promovida por Morales, pero ninguno de los dos tiene militancia política orgánica, dijo a LA NACION Castro Olivera. Villegas tiene 42 años, secundario incompleto y se dedica a la serigrafía. A partir del 31 de diciembre pasado reprodujo una serie de publicaciones en Facebook alusivas a la supuesta infidelidad de Snopek, el caso que, según uno de los posteos que Villegas replicó, es “El culebrón jujeño del año”.

La causa se inició por una denuncia de la mujer del exgobernador. A Morandini y Villegas se los acusó de “lesiones psicológicas agravadas en contexto de violencia de género” (contra Snopek) “en concurso real con el delito de tornar incierta la identidad de una menor de 10 años”.

Este último delito es el previsto en el artículo 139 del Código Penal, que dice que “se impondrá prisión de 2 a 6 años al que (...) por un acto cualquiera, hiciere incierto, alterare o suprimiere la identidad de un menor de 10 años, y el que lo retuviere u ocultare”. En la primera audiencia con los acusados, el fiscal recordó que esta figura penal se aplicó al robo de bebés durante la dictadura y dijo hoy es más amplia y aplica también a este caso. “Hay muchas formas de perturbar el estado civil y la filiación. Y esta es una persona totalmente indefensa”, insistió.

En cuanto a los motivos de las prisiones preventivas, el fiscal dijo, el 5 de enero, que había que tener en cuenta “la pena que podría llegar a aplicárseles” a los imputados, que es alta. Alegó que “algunos abogados”, basados en fallos de la Corte Suprema, dicen que la expectativa de pena no es motivo suficiente, pero que eso es “anacrónico”. También sostuvo que, de quedar en libertad, podrían seguir posteando en redes e incluso “intimidar” a posibles testigos.

Ninguno de los dos acusados declaró en el expediente. Así se los recomendaron -dijeron- los abogados que los representaban cuando los arrestaron. A Villegas lo defiende la defensa pública; Morandini cambió de abogados. Tomaron su caso la exministra de las Mujeres Elizabeth Gómez Alcorta y Marcos Aldazabal, que ya conocían la justicia jujeña por su experiencia como abogados de Milagro Sala. Ellos pidieron el “inmediato sobreseimiento” de Morandini por “inexistencia de delito”. Dijeron que la hipótesis acusatoria carece “de sustento normativo y fáctico”, que se está afectando la libertad de expresión y que, con la detención, incluso podría estar en juego una “responsabilidad internacional” del Estado Argentino.

GERARDO MORALES JUJUY

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