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1591 Cultura + Espectáculos JAQUE MATE

Dos leyendas que perduran en el futuro

Vera Menchik y Sonja Graf subsisten en la memoria como símbolo de la lucha de las mujeres por ser reconocidas capaces en ámbitos que, en un primer momento, no fueron creados para ellas. Transformación genuina y un camino abierto hacia una nueva era en el ajedrez.
Victoria López Risso

Por Victoria López Risso

Hablar del pasado de las mujeres en el ajedrez, es remontarnos a un tiempo en que las oportunidades eran limitadas. Registros de la Edad Media indican que el acceso a este juego estaba reservado para las clases privilegiadas, además de las desigualdades económicas de la época, se sumaba la condición de ser mujer. Siglos posteriores, lo que empezó como un pasatiempo terminó encontrando su lugar en los cafés, espacios principalmente masculinos y, en algunos casos, excluyentes.

Una de las historias más conocidas en el ámbito ajedrecístico fue el de la alemana Sonja Graf (1908-1965). Con una infancia difícil, descubre al ajedrez en un café de su ciudad y lo convierte en su refugio. A partir de eso, entrenó incansablemente hasta conseguir sus títulos: subcampeona mundial y dos veces campeona de Estados Unidos, pero, antes de que sea reconocida, en ocasiones llegó a presentarse a competir con una apariencia varonil con el fin de ganarse el respeto de sus rivales. Su ímpetu consolidó el camino para las mujeres en esta disciplina e, indirectamente, en otros sectores sociales promoviendo la igualdad. Recordada también por haberse enfrentado en el tablero a Vera Menchik (1906-1944), de nacionalidad rusa-británica, quien es la primera mujer en ganar el campeonato mundial de ajedrez de 1927 dejando a Sonja en segundo lugar. A su vez, Vera fue pionera en rodearse de los más destacados jugadores y romper con las barreras de género. Demostró el desafío que conlleva conquistar áreas desde cero, sobre todo cuando surgían oposiciones a la participación femenina en los torneos. Como en el caso de Albert Becker (1896-1984), Gran Maestro austríaco-argentino, que subestimó las capacidades de esta ajedrecista, ya que desde su perspectiva, eran inferiores a todos los jugadores. Por ese motivo, creó el “Club Vera Menchik” en modo de burla para aquellos que cometieran la imposible tarea de perder contra ella.

Las palabras se volvieron en su contra e irónicamente, el jugador austriaco, sería el primero de muchos en formar parte del club. Antes del auge de las hermanas Polgár, Vera llegó a ser la figura imbatible a lo largo de la década de 1930 hasta su fallecimiento durante la Segunda Guerra Mundial en medio de un bombardeo aéreo en Londres.

Vera Menchik y Sonja Graf, dos leyendas que perduran en la memoria como símbolo de la lucha de las mujeres por ser reconocidas capaces en ámbitos que, en un primer momento, no fueron creados para ellas. Aunque en la actualidad se vean reflejados los cambios positivos en relación a la mirada patriarcal que se tenía del ajedrez, es importante reconocer el papel de estas ajedrecistas que abrieron el camino para disfrutarlo hoy. Y tal como expresó Vera en alguna ocasión: “No debemos olvidar que las mujeres en el ajedrez no tenemos pasado; sólo presente y futuro”.

LA AUTORA. VICTORIA LÓPEZ RISSO nació el 14 de marzo del 2002 en San Salvador de Jujuy. Desde el 2020 vive en la ciudad de Chilecito, La Rioja, donde estudia Licenciatura en Comunicación Social con orientación en Periodismo. A los 12 años fue su primer acercamiento con el ajedrez; empezó a estudiarlo como tal y participó de torneos intercolegiales de la Provincia. Hace un año se dedica a dar clases particulares a niños y jóvenes para contagiar sus saberes y multiplicar el entusiasmo que encontró en este deporte. La misma pasión siente al escribir, y poder combinar sus dos amores para difundir el ajedrez, que es de las cosas que más disfruta.

@vickylopezrisso

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