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El sofisticado debut de SADE

El pasado 16 de julio se cumplió un nuevo aniversario de un grandísimo álbum: me refiero al exquisito debut de la banda británica Sade, que ya desde sus inicios dejaba en claro que su excelente mixtura de estilos musicales se ubicaba en los mas altos estándares sonoros de la época.  
Sebastián Bertolosso

Por Sebastián Bertolosso

El pasado 16 de julio se cumplió un nuevo aniversario de un grandísimo álbum: me refiero al exquisito debut de la banda británica Sade, que ya desde sus inicios dejaba en claro que su excelente mixtura de estilos musicales se ubicaba en los mas altos estándares sonoros de la época.

Para poner en contexto, en 1984 se encontraba en auge el synth-pop de la mano de los nuevos románticos británicos como Duran Duran y Spandau Ballet que tenían un alcance masivo y llenaban estadios por donde fueran. La propuesta de Sade era totalmente distinta ya que supieron hacerse su lugar con un aura minimalista, tranquila y vintage con componentes básicos, pero interpretados con un nivel y calidad sonora que asombra aún hoy. En “Diamond Life”, la banda presenta además de un tándem de excelsos músicos, a su as de aspadas en la cantante principal Helen Folasade Adu, Sade para abreviar, que tenía una presencia imponente, simple y elegante a la vez, al tiempo que en escena se movía en silencio pero de forma tan atractiva que era imposible no prestarle atención, y como si esto fuera poco tenía una voz privilegiada que le permitía llegar a todos los registros que se propusiera.

En sus comienzos surgieron las primeras comparaciones con cantantes como Billie Holiday y Nina Simone, pero Sade, que por aquel entonces tenía 25 años, no se fijó en el jazz como el faro a seguir sino en el viejo soul americano como la influencia central de su banda a la que le darían su propio sello característico. Al respecto Sade declaró en 1985: “Me asusta que alguien por un minuto esté pensando que estamos tratando de ser una banda de jazz, porque si fuéramos, podríamos hacerlo mucho mejor de lo que estamos haciendo ahora; nuestra música es claramente pop, porque es fácil de entender”. Más precisamente, su sonido mezcla con excelencia el jazz con el soul y el funk para dar como resultado un pop de la nueva escuela. Ejecutaban su música con un gran sentido de la amplitud alcanzando así un nivel altamente sofisticado. En “Diamond Life”, Sade creó música con un sentimiento puro que se convirtió en un fiel referente para una nueva generación de artistas que hicieron de este estilo una carrera entera, como por ejemplo D’Angelo, Jill Scott, Alicia Keys, Drake o Maxwell por mencionar a algunos; es más: éste último años después solicitaría los servicios del guitarrista, saxofonista y coguionista Stuart Matthewman para su propio debut en 1996 “Urban Hang Suite”.

Smooth Operator

Volviendo al disco que nos convoca en esta oportunidad, el mismo contiene nueve canciones, en las que Sade canta sobre una separación no deseada y las conexiones perdidas, todo bajo el lema de la música “Quiet Storm”, el apodo de R&B que establece el estado de ánimo y que impulsaba la radio contemporánea para adultos. Se dice que la radio WHUR-FM de Washington originó el formato en 1976 en respuesta a la programación de radio de la época que solo presentaba músicos predominantemente blancos y de fácil escucha. Quiet Storm fue, en contraste, una plataforma para los baluartes como Anita Baker y Luther Vandross y su refinado sonido soul. Para Sade, una banda que transmitía turbulencia incluso en su sutileza, la etiqueta encajaba a la perfección. La arrogancia de “Smooth Operator”, su primer sencillo para el mercado estadounidense, además de ser un clásico instantáneo casi ensombrece el hecho de que la tarea del protagonista de la canción es viajar a través de líneas estatales rompiendo corazones.

“Diamond Life”, en su mayor parte, busca y aprecia la serenidad y la estabilidad en las relaciones al tiempo que reconoce las partes complicadas. Otro de sus singles americanos, fue la gran “Hang On Your Love”, un track de una sofisticación sonora excelsa, en la que basta escuchar el solo de teclado para corroborar esto al tiempo que en su letra ensalza al compromiso como un acto valiente, mientras que en otro de los grandes momentos del disco en “Your Love is King”, Sade arrastra su prosa, alabando el amor ordinario sostenido por un ritmo mas pausado pero con una cadencia adictiva en el que el saxo se lleva todo el protagonismo, casi como banda sonora de una escena de película en un brillante paseo en góndola al atardecer.

Sade nació en Ibadan, Nigeria, y luego se mudó a Inglaterra a los 4 años con su madre y su hermano. A los 14 años, comenzó a ir a clubes nocturnos y, a mediados de los ‘80, la ex alumna de arte convertida en diseñadora de ropa masculina estaba experimentando casualmente como vocalista de respaldo en una banda de funk llamada Pride. Sade y Matthewman se conocieron allí, luego se transformaron en un nuevo grupo conocido colectivamente como Sade (cuyo nombre fue sugerido por la propia cantante), y a ellos se le sumaron el tecladista Andrew Hale y el bajista Paul S. Denman. En ese momento, Sade vivía en una estación de bomberos desierta, donde ella y Matthewman escuchaban su gran colección de discos soul, que iban desde Curtis Mayfield hasta Nina Simone y que obviamente influían en el horizonte sonoro a seguir. Producto de esto, el manager de la banda, Lee Barrett, comenzó a difundir los primeros demos de “Smooth Operator” y “Your Love Is King”, canciones que habían estado interpretando en vivo en clubes de toda Inglaterra, hasta que el material llego al productor Robin Millar y que si bien en un principio le parecía demasiado lento, jazzy y demasiado largo veía que en esos tracks había bases solidas para trabajar y lograr un gran disco, al punto tal que finalmente llegó a un acuerdo con el sello Epic en 1983 para lanzar luego “Diamond Life” al año siguiente.

Con los años por venir y al igual que otros músicos, en que el enigma y la intriga formaban parte de su atractivo, Sade prácticamente inventó la pausa del artista, tomándose así largos descansos de años entre un disco y otro, intercambiando el ser celebridad por la libertad y la longevidad. Ella era, según todos los informes, la más genial de todas. Tom Hanks, quien apareció con Sade en Saturday Night Live en 1985, declaró en su momento a The New York Times: “Llamarla esquiva o misteriosa podría colorearla como cruda o remota. Ella no era eso. Ella se sentía, más bien, muy cómoda al mando de su arte, así como su presencia”.

En “Diamond Life”, todavía está puliendo y refinando su voz narrativa, aunque el contenido que engloban canciones como “Sally” o “When Am I Gone to Make Living” si bien son distintas en lo musical las historias que cuentan las mismas poseen un encanto que las hacen adictivas, mientras que otras como “Frankie’s First Affair” o “Cherry Pie” nos llevan en sendos viajes sonoros cuyas atmósferas nos pueden remitir a esas clásicas películas policiales de cine negro en donde el misterio lo absorbe todo.

En definitiva el disco debut de Sade además de ser un enorme trabajo con una calidad sonora excelsa y refinada, es también una fuerte compilación de historias que conmueven con su simplicidad y honestidad.

Hasta la próxima.

Artista: SADE

Álbum: DIAMOND LIFE

Fecha de Lanzamiento: 16 DE JULIO DE 1984

Duración: 44:52 MIN.

Producción: ROBIN MILLAR

Sello discográfico: EPIC RECORDS

@sebabertolosso
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