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1591 Cultura + Espectáculos LA COLUMNA DE PAULA

¡La escultura de granos de sal!

Vivimos en un mundo o sociedad, para circunscribirla a un ámbito más pequeño, donde las aptitudes de los seres humanos son pequeños granos de sal, donde el ser humano capaz y honesto es a veces descartado del grupo, del liderazgo, o de las reuniones entre pares. 
Lic. Paula Monsberger

Por Lic. Paula Monsberger

Como diría El gran Pablo Picasso: “La escultura es el arte de la inteligencia”.

Vivimos en un mundo o sociedad, para circunscribirla a un ámbito más pequeño, donde las aptitudes de los seres humanos son pequeños granos de sal, donde el ser humano capaz y honesto es a veces descartado del grupo, del liderazgo, o de las reuniones entre pares.

¿Qué nos está pasando como personas en una sociedad parecida a una escultura de granos de sal, donde se descarta el arte de la inteligencia, donde se descartan las cualidades o aptitudes especialmente intelectuales de las personas, que permiten el desarrollo, el cumplimiento de funciones con excelencia y honestidad, para desempeñar un cargo o función sea cual fuere?

Qué mejor que la persona capaz, idónea, apta y competente. Aquella persona que dispone de facultades especiales y talentos para hacer cosas con esmero y honestidad. Esa honestidad le da valores que permiten que esa persona viva una vida en sincronía. Ser honesto es saber diferenciar lo que está bien de lo que está mal y actuar en base a los valores del bien común. Es aceptar compromisos laborales o afectivos sabiendo que serán cumplidos sin vacilar. Esa honestidad es un pilar de la transparencia y de la lucha por la verdad.

Es la defensa de la verdad la que nos permite opinar libremente y pacíficamente con diversidad y creatividad. Es la diversidad cultural una impulsora del desarrollo no sólo económico sino también enriquecedor de la vida personal. Ese respeto por la diversidad es importante para el desarrollo de la humanidad a través del entendimiento entre culturas y personas en la sociedad toda. Es una sociedad comunicada precisamente por códigos y normas la que facilitan la armonía social entre sus miembros y en la familia. Carecer de armonía social implica vivir en caos, desgranándonos de valores y de poder nutrirnos entre personas que intelectual como personalmente son diferentes entre si, lo que facilita conocer otros puntos de vista como diversas maneras de trabajar y coexistir con costumbres diferentes unas de las otras.

Son esos valores humanos como la ética, la tolerancia, la solidaridad, la libertad, la equidad, y la justicia que permiten desarrollarnos mutuamente en la sociedad actual, con un accionar colectivo garantizado por gobiernos respetuosos de las libertades y garantías ciudadanas. De lo contrario, vivir en una Sociedad sin valores significa una desmoralización del ser humano, sin creencias ni costumbres que lo identifican, es como observar el desmoronamiento de una estatua de granos de sal. Crecer sin estructura, sin modelos a seguir, crecer sin la idea de esfuerzo y capacidad, crecer sin valores de todo tipo, puede llevar a sumergirnos y a las generaciones venideras, en la anarquía del no relacionarnos, en la desesperanza del no futuro, en el no privilegio de la honestidad y capacidad como estándares de personas formadas para lograr con esfuerzo y mérito, el éxito de sus propias vidas logrando un accionar colectivo que privilegia los valores como pilares de una comunidad toda, con estructura solida.

Actualmente, diversos fenómenos sociales, entre ellos la inseguridad, la violencia, la falta de empleo, la desigualdad social, han sumergido a algunas sociedades en el estancamiento colectivo. Si no estamos convencidos de integrarnos y valorarnos entre nosotros, si no valoramos la empatía y la cortesía, si no volvemos a la verdad, la justicia, la libertad de entendernos mutuamente, nuestra sociedad será el prototipo de una escultura de granos de sal sin estructura, cuyo efecto es desgranarse en granos imperceptibles de sal con el más pequeño soplo de viento.

Esos imperceptibles granos de sal somos nosotros, sos vos, sois vosotros, son ellos, son ustedes, somos todos... Si no nos integramos nos desgranaremos, nos disgregaremos, nos separaremos, nos desconectaremos, nos dividiremos, nos desuniremos, nos desarticularemos, y por ende nos desintegraremos cual escultura de granos de sal...

“La Escultura no consiste en el simple labrado de la forma de una cosa, sino el labrado de su efecto” (John Ruskin, critico de arte ingles).

Basándome en el pensamiento inicial de Pablo Picasso y en la conclusión de John Ruskin, el efecto de una escultura “desinteligentemente desintegrada”, nunca más logrará integrar sus partes con el arte del tiempo y lugar correctos.

¡Hasta la próxima integración, estimado lector!

LA AUTORA

PAULA MONSBERGER ES: MAGISTER EN RELACIONES INTERNACIONALES. LIC. EN CIENCIA POLÍTICA, RELACIONES INTERNACIONALES Y COMERCIO INTERNACIONAL. PROFESORA DE ALEMÁN. MAESTRA EN DECLAMACIÓN Y RECITADO. CONDUCTORA DE RADIO Y TV. ACTRIZ.

LA COLUMNA DE PAULA

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