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Opinión REFLEXIÓN

El Agradecimiento

En cualquier caso que se tratare, el hecho de agradecer, nos transporta a un momento del pasado en el que vivimos una situación agradable que nos colma de satisfacción también en el presente.
Lic. Amanda del Rosario Carrara*

Por Lic. Amanda del Rosario Carrara*

Desde la mirada sistémica y el enfoque de Bert Hellinger, el agradecer es algo más amplio y extenso que el simple hecho de decir “GRACIAS”.

La gratitud es considerada un sentimiento que nos provoca alegría inclusive si el agradecimiento se ha generado en un contexto difícil, que ha sido recibido mientras se transitaba un momento de mucha tristeza y/o dolor. En cualquier caso que se tratare, el hecho de agradecer, nos transporta a un momento del pasado en el que vivimos una situación agradable que nos colma de satisfacción también en el presente.

Es interesante este enfoque sistémico del agradecimiento ya que la etimología de la palabra “gratitud” “proviene del latín gratus, que significa placentero; que a su vez tiene raíz en gratia, que quiere decir favor, cualidad que nos deleita”. Y lo “grato” se define como algo que nos causa bienestar o complacencia.

Por lo tanto, el agradecer a alguien genera una consciencia de que se recibe algo más de lo que se da. Por esta razón, surge inmediatamente en el que recibe un sentimiento de que se ha ganado algo. De este modo y de esta forma surge espontáneamente la necesidad de agradecer por lo que se ha recibido.

La gratitud deja así de ser un simple procedimiento de educación o cortesía para transformarse en una experiencia de agrado, alegría, bienestar o complacencia y, por qué no, también de felicidad.

Es frecuente observar que aquellas personas que están agradecidas, son felices, se las ve felices y actúan concordantemente, y lo más maravilloso es que esa felicidad se incrementa, se acrecienta cuando se es consciente de la innumerable cantidad de motivos que tienen en sus vidas para mostrarse agradecido.

Hay muchas personas que tristemente sienten y manifiestan no tener nada ni a nadie a quien agradecer, ya que asumen que en su vida no recibieron nada de nadie, incluso en aquellos momentos que pasaron necesidades y no recibieron la ayuda que ellas esperaban sin siquiera haberla pedido. Son personas que van por la vida llevando en su cabeza un escueto listado mental de todos aquellos momentos en los que dieron ayuda al punto de recordar el qué, el cómo y el cuándo ayudaron a otras personas, remarcando reiteradas veces no sentirse correctamente correspondidos por las personas que él ayudó. ¿Por qué a este tipo de personas les cuesta agradecer, o se niegan a agradecer? Porque generalmente estas personas existe una dinámica que se direcciona en contra de la gratitud, como que todo se confabula a que todos los demás son deudores permanente y en una clara y vívida desventaja respecto a ellos, lo cual los legitima a exigir muchas veces a que las personas de su entorno den lo que no están dispuestos a dar, porque no lo tienen, no lo poseen, no saben cómo ni el modo, o lo que es peor, si esas personas se sobre exigen para dar algo, ellos quedarán vacíos, y obviamente, eso tampoco servirá, ya que el desagradecido nunca quedará satisfecho, siempre se queda a la espera de “algo más” por lo tanto, cuando la persona está en ésta dinámica, no siente que haya nada para agradecer, ni siquiera haber tomado la propia vida, porque según su propio discurso suele caer en que ellas no la pidieron, simplemente se les fue otorgada.

Este tipo de personas “desagradecidas” van por la vida llevando consigo una gran carga de que nada será lo suficiente, de todo aquello que les provea la vida lo perciben como que “merecía algo más” o que “fue demasiado poco para el esfuerzo y empeño que pusieron”, por lo tanto, van a tener argumentos de sobra para Las personas desagradecidas distan mucho de ser felices, porque también el agradecimiento tiene que ver con la humildad, el reconocimiento de aquello que se recibe con gratitud y de lo que en otro momento se estará dispuesto a compensar, esto hace que se cree un movimiento en círculo virtuoso a lo que Bert Hellinger da en llamar “el equilibrio entre Dar y Recibir”, tema este he de desarrollar en otra oportunidad

*Maestra en Psicología Sistémica

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