La Justicia dictó un fallo ejemplar en el marco de una estafa bancaria virtual, ordenando a una entidad financiera devolver el dinero sustraído a una jubilada y pagar una indemnización por daño moral y punitivo.
El caso, que tuvo ramificaciones en La Rioja, la Ciudad de Buenos Aires y Castelar, marca un precedente en materia de protección al consumidor financiero frente a los delitos informáticos.
La víctima, una mujer de 69 años con diagnóstico de esclerosis múltiple progresiva, fue estafada en julio de 2022 cuando delincuentes lograron acceder a su cuenta de homebanking, sustraéndole 22.000 dólares y 800.000 pesos.
Una trama de transferencias y fallas de seguridad
La investigación judicial determinó que las operaciones se realizaron en menos de 24 horas, desde tres direcciones IP distintas —ubicadas en La Rioja, la Ciudad de Buenos Aires y Castelar— sin que el sistema del banco emitiera alertas automáticas ni bloqueos de seguridad.
El fallo consideró que el banco no adoptó las medidas técnicas necesarias para proteger a sus clientes frente a fraudes de este tipo, y que la falta de controles favoreció la vulneración de la cuenta.
Aunque la entidad intentó deslindar su responsabilidad argumentando que la víctima había entregado sus claves de forma voluntaria, la jueza sostuvo que los bancos tienen responsabilidad objetiva por los riesgos derivados de sus servicios digitales y la falta de mecanismos de detección y respuesta ante operaciones inusuales.
El fallo: restitución e indemnización
La sentencia ordena al banco restituir la totalidad del dinero robado y además pagar una compensación de 10 millones de pesos en concepto de daño moral y punitivo, al considerar que la entidad incumplió sus deberes de seguridad, prevención y asistencia al usuario financiero.
El fallo fue celebrado por asociaciones de consumidores y especialistas en derecho informático, que lo consideran un precedente relevante para otros casos de estafa digital ocurridos en distintas provincias.
Ciberdelitos en crecimiento en La Rioja
En La Rioja, los ciberdelitos financieros se encuentran entre los delitos de mayor crecimiento.
Según datos de la División de Cibercrimen y Delitos Económicos, en 2025 las denuncias por estafas virtuales se duplicaron respecto al año anterior, pasando de unas 600 a más de 1.200.
La modalidad más común sigue siendo el phishing —suplantación de identidad bancaria o institucional— a través de correos, mensajes o llamadas que inducen a las víctimas a entregar sus datos personales o claves.
El caso de esta jubilada evidencia la vulnerabilidad del sistema bancario y la necesidad de protocolos más estrictos de seguridad digital y detección de fraudes.
Redacción Edición Digital de Nueva Rioja
Comentarios