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Sociedad VIDA COTIDIANA

¿Hay que beber agua durante las comidas, o no?

Existe un mito muy extendido en diferentes culturas que asegura que beber agua durante las comidas dificulta la digestión. ¿Es así? ¿Qué pasa con el cafecito en la sobremesa?

Beber durante las comidas, ¿sí o no? Esa pregunta preocupa sobre todo a los padres de niños pequeños. Porque muchas veces aprendieron de sus propios padres que se bebe recién después de comer.

El temor detrás de esta postura es que el líquido diluya el ácido gástrico y la digestión no resulte tan bien. ¿Es eso cierto?

Vamos paso a paso: el organismo humano produce por día hasta cuatro litros de jugo gástrico. Este ácido clorhídrico descompone el alimento, que luego el cuerpo seguirá procesando.

Con la alimentación también ingerimos gérmenes. Una parte de ellos es eliminada por la saliva. Para los gérmenes que logran llegar al estómago, en general, allí se termina el viaje: no sobreviven al contacto con el ácido gástrico.

Quien beba grandes cantidades de líquido durante una comida, de hecho contribuye a que el ácido gástrico se diluya. Pero renunciar totalmente a la bebida no es necesario.

Lo mismo asegura Rita Rausch, asesora en nutrición: “Un vaso de agua con la comida no daña. Al contrario. De esta manera, el bolo alimenticio, que en la boca fue descompuesto por la saliva, viaja mejor en dirección al estómago y al intestino”.

En muchas familias rige la regla de que no se bebe hasta después de comer. A veces esto se da cuando los niños no disfrutan mucho de la comida. Los padres temen que la bebida distraiga al niño, que coma entonces menos y no ingiera así una cantidad suficiente de nutrientes.

En esos casos conviene negociar. Se puede permitir a los pequeños beber con la comida, pero sólo un vaso, cuyo contenido el niño deberá ir ingiriendo a medida que vaya comiendo.

Entonces, si habrá bebida en la mesa durante la comida, ¿cuál sería la mejor? Los expertos coinciden en que el agua es lo ideal, para realmente saborear los alimentos. No importa si es agua mineral sin o con gas o agua corriente.

Muchos adultos beben vino o cerveza con la comida, pero eso altera el sabor de los alimentos. Y, además, el alcohol es una bomba calórica. Lo mismo vale para las gaseosas, limonadas, refrescos o jugos de fruta.

Sí puede ser útil beber un vaso de agua antes de comer. Eso vale sobre todo para aquellos que deben cuidar su peso o que están siguiendo una dieta. Por el agua, el estómago se expande y se genera así una ligera sensación de saciedad. En consecuencia, los ataques de hambre pierden intensidad y, posiblemente, se ingiera luego menos cantidad de comida.

Además, beber impulsa la digestión. Claro que no existen pruebas científicas de que beber agua haga adelgazar.

Un problema generalizado, advierten los especialistas, es que la mayoría bebe demasiado poco. Y eso que el cuerpo necesita urgentemente el líquido, y no sólo para llevar a cabo la digestión. Los adultos deberían idealmente beber unos 2,5 litros de agua por día.

La necesidad de ingerir líquido es menor en los niños. Según la Sociedad Alemana de Nutrición, los niños de entre cuatro y siete años deberían beber 940 ml por día.

Beber es importante, porque por día perdemos hasta 2,5 litros de agua, por ejemplo sudando, incluso sin esfuerzo físico. Si esta pérdida no es equilibrada con bebida, el cuerpo no puede aprovisionarse bien de oxígeno y nutrientes.

Eso puede manifestarse después en problemas de concentración, dolor de cabeza y también mareos. Si alguien no bebe nada durante siete días, muere de sed.

UN CAFÉ DESPUÉS DE COMER, ¿SÍ O NO?

Volvamos a la bebida con la comida. Lo óptimo sería que el agua bebida estuviera tibia. Y es que el agua tibia, con una temperatura de unos 36 grados, estimula los procesos metabólicos y así la digestión. Eso hace bien, sobre todo después de una comilona.

Hay otra cosa que ayuda a la digestión, al menos en el caso de los adultos: beberse un café después de comer. Los compuestos amargos contenidos en el café ayudan también a poner en marcha la digestión. Más allá de que, para muchos, un cafecito después de comer es un verdadero placer.

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