Sergio Massa y Agustín Rossi, integrantes de la fórmula presidencial de Unión por la Patria, recibieron el apoyo de 13 gobernadores oficialistas, principales promotores de la nómina de unidad que emergió al filo del cierre de listas. El encuentro tuvo lugar en el Consejo Federal de Inversiones (CFI), donde fue designado el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, como jefe de campaña del binomio peronista.
“Wado para los gobernadores es importante, conoce lo que pasa en cada provincia. Entonces cuando uno piensa en un jefe de campaña que entiende el federalismo, entiende que es Wado la persona”, dijo el fueguino Gustavo Melella al cabo del encuentro. A la reunión también se había sumado el vicejefe de gabinete, Juan Manuel Olmos. Junto a De Pedro, llegaron al cónclave junto a Massa a bordo de la camioneta que suele trasladar al ministro de Economía.
Adentro de la sala de reuniones, Massa y Rossi sentaron a De Pedro -que es además primer candidato a senador bonaerense- en la cabecera de la larga mesa ovalada dispuesta para todos los mandatarios provinciales. El ministro del Interior había anunciado su candidatura presidencial horas antes de la entronización de Massa y tenía un dispositivo electoral muy consolidado para lanzarse a la carrera nacional. Por lo abrupto que fue el cambio de planes en el oficialismo, el ministro de Economía exagera ahora la contención de los heridos del kirchnerismo para fortalecer su candidatura.
“Los gobernadores tuvieron un rol importante en el alumbramiento de esta formula de síntesis”, dijo Rossi al ingresar al CFI.
Al encuentro en el CFI asistieron los gobernadores Axel Kicillof (Buenos Aires), Sergio Zillioto (La Pampa), Gildo Insfrán (Formosa), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Juan Manzur y Osvaldo Jaldo (Tucumán), Ricardo Quintela (La Rioja), Oscar Herrera Ahuad (Misiones), Mariano Arcioni (Chubut), Raúl Jalil (Catamarca), Alicia Kirchner, (Santa Cruz), Gustavo Melella (Tierra del Fuego) y los vicegobernadores Analía Rach Quiroga (Chaco), Antonio Marocco (Salta). No asistieron, en cambio, los gobernadores Sergio Uñac (San Juan), que viene de una durísima derrota electoral en su provincia.
El gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, había sido la voz cantante en la última reunión del CFI. En el interín, atravesó un proceso electoral adverso en las PASO de su provincia, un proceso signado por el caso que tiene a Emerenciano Sena y su familia presos por el presunto femicidio de Cecilia Strzyzowski.
Massa aspira a presentarse como la figura que logró cerrar la brecha de la interna peronista. Más allá de los roles que adquieran en la campaña, el ministro de Economía ya les hizo saber a De Pedro y a Olmos que quiere conformar con ellos un “trío dialoguista” que baje la línea de la unidad hacia adentro de un espacio que arrastra heridas internas desde hace tres años.
Para alimentar la “política de unidad”, Massa también contrató como “asesores” en el Ministerio de Economía a Daniel Scioli -principal perjudicado del cierre de listas por haber resignado su candidatura presidencial- y Julián Domínguez. Se trata de dos funcionarios que habían perdido sus cargos de ministro en el gabinete cuando Massa desembarcó con la suma del poder al frente del Palacio de Hacienda. Hoy Domínguez se sumó al encuentro en el CFI.
Massa aspira a presentarse como la figura que logró cerrar la brecha de la interna peronista. Más allá de los roles que adquieran en la campaña, el ministro de Economía ya les hizo saber a De Pedro y a Olmos que quiere conformar con ellos un “trío dialoguista” que baje la línea de la unidad hacia adentro de un espacio que arrastra heridas internas desde hace tres años.
El primer fin de semana de campaña, sin embargo, mostró a Massa haciendo proselitismo por un lado y a los principales nombres del kirchnerismo por el otro. El ministro de Economía tuvo un mano a mano con vecinos el sábado en San Martín (tiene como cábala arrancar sus campañas en ese distrito), mientras que De Pedro y Máximo Kirchner compartieron actos en Hurlingham -el sábado- y otro en Lanús –hoy- con candidatos locales de La Cámpora.
En el oficialismo aseguraron que se trató de un operativo coordinado. Lo cierto es que Máximo Kirchner juega su propio partido en esta elección: llenó a los casilleros de las listas legislativas nacionales y provinciales de nombres camporistas que le responden a él para asegurarse, en los años venideros, ejercer una resistencia desde las cámaras, gane quien gane. La estrategia del presidente del PJ bonaerense dejó un tendal de heridos que van desde Axel Kicillof hasta los intendentes del conurbano.
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